Crímenes silenciados
Por MARÍA VICTORIA VALDÉS RODDA de la Revista cubana Bohemia, www.bohemia.cu
marxistas-leninistas latinas hojas www.ma-llh.blogspot.com
La Nouvelle Vie Réelle www.lnvr.blogspot.com
Communist News www.dpaquet1871.blogspot.com
Han transcurrido 15 años desde el 1º de junio de 2002, cuando George W. Bush estableciera en público la nueva doctrina estratégica de seguridad nacional. Anunció entonces la intención de “[…] descubrir células terroristas en 60 países o más […]” por el bien de Estados Unidos y el mundo. Ni él mismo se creyó el supuesto compromiso por el bien de su pueblo y el de la humanidad. Lo que en realidad estaba activando era el recurso de las guerras permanentes, un muy rentable negocio para el complejo militar industrial, coligado con el poder político dominante. En 2016, los fabricantes de armas costearon más de 137 millones de dólares en favores del Congreso estadounidense. De ese lado todos ganaron.
La aplicación de esa filosofía imperial en Oriente Medio ha puesto en peligro la existencia misma. Pero otra variable, muy poco difundida, y que habla del sustento material, colapsa. El Banco Mundial asegura que el costo económico de la conflagración en Siria y sus repercusiones regionales se eleva a unos 35 mil millones de dólares. Y si durante la Segunda Guerra Mundial en Alemania quedaron más de 400 millones de metros cúbicos de escombros, la nación levantina está casi a punto de sobrepasar esa cifra.
Estos cuantiosos daños materiales frenan las perspectivas de desarrollo futuro, pues una vez terminada la contienda hay que empezar de cero. ¡Y qué decir de un presente trabajoso y pleno de carencias! Los daños causados a la infraestructura y economía nacional rondan los más de 250 mil millones de dólares. El viceministro de la administración municipal siria, Loay Kharitah, manifestó que además hay conciencia sobre la desolación ciudadana que tan elevadas cifras puede provocar, de ahí que el Gobierno ya tiene previsto un plan de reconstrucción y de emergencias para lo cual se cuenta con la ayuda solidaria de Rusia, China e Irán.
El impacto cotidiano es enorme. Han sido destruidos y afectados 27 000 edificios y 33 000 vehículos particulares. Mientras que el transporte público, en sus variadas modalidades, ha sufrido perjuicios de más de 4 500 millones de dólares.
La alimentación tampoco pasa un buen momento: los actos de sabotaje y la ofensiva terrorista han repercutido en la disminución de las superficies agrícolas cultivadas. No obstante, a partir del empuje del Ejército sirio, en 2016 y en lo que va de año, decenas de miles de agricultores ya han podido volver a sus granjas, con lo que se espera con esperanza una eventual mejoría.
Otro enorme golpe lo sufrió la producción de gas, la cual disminuyó en un 65 por ciento. Igualmente la electricidad se vio resentida. En estos momentos solo puede garantizarse a través de la importación de petróleo, empeño que se dificulta debido al bloqueo económico y por eso el Gobierno debe pagar un 20 por ciento más para adquirir los derivados del petróleo. También el sector de los hidrocarburos resulta blanco de incursiones aéreas
El saber y el vigor físico-mental son pilares esenciales en toda sociedad que se precie de progresista en su sentido más estricto, de manera que el terrorismo se ha ensañado contra los sectores de la educación y la salud. Unas 382 escuelas han sido arruinadas por completo, mientras otras 2 500 sufrieron severos impactos de morteros. Hezwan Al-Wazz, titular de Educación sirio, reveló a la prensa nacional que este sector ha sufrido daños materiales por valor de 500 millones de dólares.
En contra de la manifestada sensibilidad por los problemas de los sirios y sirias, la mayoría de las empresas extranjeras dejó de suministrar medicamentos. Por ejemplo, la falta de tratamientos de las enfermedades oncológicas supera ya el 60 por ciento. Muchos enfermos mueren pudiendo ser salvados a tiempo. Triste realidad.
Pero no son solo los terroristas quienes arremeten contra el país. En reiteradas ocasiones Siria ha acusado en la ONU a la coalición liderada por los Estados Unidos que bombardea desde 2016 sin autorización y destruye infraestructura civil con sus ataques, supuestamente realizados contra el terrorismo. ¿Hasta cuándo?
marxistas-leninistas latinas hojas www.ma-llh.blogspot.com
La Nouvelle Vie Réelle www.lnvr.blogspot.com
Communist News www.dpaquet1871.blogspot.com
Han transcurrido 15 años desde el 1º de junio de 2002, cuando George W. Bush estableciera en público la nueva doctrina estratégica de seguridad nacional. Anunció entonces la intención de “[…] descubrir células terroristas en 60 países o más […]” por el bien de Estados Unidos y el mundo. Ni él mismo se creyó el supuesto compromiso por el bien de su pueblo y el de la humanidad. Lo que en realidad estaba activando era el recurso de las guerras permanentes, un muy rentable negocio para el complejo militar industrial, coligado con el poder político dominante. En 2016, los fabricantes de armas costearon más de 137 millones de dólares en favores del Congreso estadounidense. De ese lado todos ganaron.
La aplicación de esa filosofía imperial en Oriente Medio ha puesto en peligro la existencia misma. Pero otra variable, muy poco difundida, y que habla del sustento material, colapsa. El Banco Mundial asegura que el costo económico de la conflagración en Siria y sus repercusiones regionales se eleva a unos 35 mil millones de dólares. Y si durante la Segunda Guerra Mundial en Alemania quedaron más de 400 millones de metros cúbicos de escombros, la nación levantina está casi a punto de sobrepasar esa cifra.
Estos cuantiosos daños materiales frenan las perspectivas de desarrollo futuro, pues una vez terminada la contienda hay que empezar de cero. ¡Y qué decir de un presente trabajoso y pleno de carencias! Los daños causados a la infraestructura y economía nacional rondan los más de 250 mil millones de dólares. El viceministro de la administración municipal siria, Loay Kharitah, manifestó que además hay conciencia sobre la desolación ciudadana que tan elevadas cifras puede provocar, de ahí que el Gobierno ya tiene previsto un plan de reconstrucción y de emergencias para lo cual se cuenta con la ayuda solidaria de Rusia, China e Irán.
El impacto cotidiano es enorme. Han sido destruidos y afectados 27 000 edificios y 33 000 vehículos particulares. Mientras que el transporte público, en sus variadas modalidades, ha sufrido perjuicios de más de 4 500 millones de dólares.
La alimentación tampoco pasa un buen momento: los actos de sabotaje y la ofensiva terrorista han repercutido en la disminución de las superficies agrícolas cultivadas. No obstante, a partir del empuje del Ejército sirio, en 2016 y en lo que va de año, decenas de miles de agricultores ya han podido volver a sus granjas, con lo que se espera con esperanza una eventual mejoría.
Otro enorme golpe lo sufrió la producción de gas, la cual disminuyó en un 65 por ciento. Igualmente la electricidad se vio resentida. En estos momentos solo puede garantizarse a través de la importación de petróleo, empeño que se dificulta debido al bloqueo económico y por eso el Gobierno debe pagar un 20 por ciento más para adquirir los derivados del petróleo. También el sector de los hidrocarburos resulta blanco de incursiones aéreas
Educación y salud en la mira del terrorismo
El saber y el vigor físico-mental son pilares esenciales en toda sociedad que se precie de progresista en su sentido más estricto, de manera que el terrorismo se ha ensañado contra los sectores de la educación y la salud. Unas 382 escuelas han sido arruinadas por completo, mientras otras 2 500 sufrieron severos impactos de morteros. Hezwan Al-Wazz, titular de Educación sirio, reveló a la prensa nacional que este sector ha sufrido daños materiales por valor de 500 millones de dólares.
En contra de la manifestada sensibilidad por los problemas de los sirios y sirias, la mayoría de las empresas extranjeras dejó de suministrar medicamentos. Por ejemplo, la falta de tratamientos de las enfermedades oncológicas supera ya el 60 por ciento. Muchos enfermos mueren pudiendo ser salvados a tiempo. Triste realidad.
Pero no son solo los terroristas quienes arremeten contra el país. En reiteradas ocasiones Siria ha acusado en la ONU a la coalición liderada por los Estados Unidos que bombardea desde 2016 sin autorización y destruye infraestructura civil con sus ataques, supuestamente realizados contra el terrorismo. ¿Hasta cuándo?
Comentarios
Reglas de uso: No ofender, difamar, discriminar ni usar frases vulgares o palabras obscenas. Mostrar respeto a los criterios de los demás en sus comentarios. Ser breve en sus opiniones. Bohemia se reserva el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.