jeudi 29 juin 2017

MÚSICA: La más bella forma de lo bello (+fotos y video)

La Orquesta Sinfónica de Stanford, dirigida por Anna Wittstruck, rompió las expectativas en La Habana, este 28 de junio
La más bella forma de lo bello.     Por MARÍA VICTORIA VALDÉS RODDA de la Revista cubana Bohemia,    www.bohemia.cu
Fotos: JORGE LUIS SÁNCHEZ RIVERA


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No hablaré ni de tecnicismos ni de autores. Me concentraré en esa virtud que tanto estremecían al apóstol de Cuba; José Martí quien dijera que “la música es la más bella forma de lo bello”. Y hay que concederle nuevamente la razón porque pocas cosas en este mundo provocan tal cadena de emociones a partir de la expresión sonora de instrumentos e instrumentistas.
El Teatro Nacional de Cuba está habituado al lucimiento del talento nacional y foráneo, pero en honor a la verdad la Sala Avellaneda se estremeció de tal manera, en la anoche, 28 de junio, con la Orquesta Sinfónica de Stanford, dirigida por Anna Wittstruck, que al finalizar el Programa previsto, la agrupación estadounidense debió repetir por dos veces consecutivas.
Al descorrerse la cortina unos cien músicos correctamente sentados fueron sorprendidos por el aplauso habanero con esa calidez que se le confiere a alguien muy querido y esperado, a pesar de que tal conducta no este contemplada en las normas de comportamiento ante un Concierto de música Clásica, donde se aplaude inicialmente solo al director.
La más bella forma de lo bello. Sin embargo, cuando hay fama de talento, el público habanero no se ciñe a esa “etiqueta”. Y si bien esta fue la primera presentación de la Orquesta Sinfónica de Stanford en Cuba, los asistentes ya teníamos la tarjeta de presentación necesaria: se trataba de un grupo de jóvenes de Estados Unidos que en las actuales circunstancias desafiaban el bloqueo y la reciente orden presidencial que lo recrudece (que debe entrar en vigor en los próximos meses).
Y aunque el puente establecido entre los asistentes y los ejecutantes fueran las melodías, y los acordes, todos sabíamos que estábamos también ante un pedacito de la historia común de nuestros pueblos, decididos a conocerse, mientras otros nos piden que nos demos las espaldas.
Consecuente con el momento, Anna Wittstruck se dirigió a los presentes para hacernos saber que ella y la orquesta que conduce no tienen nada que ver con la incomprensión y el aislamiento; por el contrario, dijo que se sentían felices de estar en esta tierra cubana compartiendo con sus artistas.
El espectáculo también incorporó a la Orquesta de Cámara de La Habana, dirigida por Daiana García Siverio, y a jóvenes bailarines de la Compañía Lizt Alfonso Dance Cuba. No fue casual esta comunión de entregas. La directora de la Orquesta Sinfónica de Stanford lo dejó bien claro anoche en el Teatro Nacional de Cuba: “a pesar de los tiempos aterradores es posible tener un futuro, juntos”.
La más bella forma de lo bello.Entonces el ambiente se llenó de goce ante la perspectiva de que la cultura, como las lomas, “hermana hombres”, y mujeres. Tal vez por eso Directora y Orquesta dieron una demostración de fuerza telúrica al interpretar a una de las mejores suites de la historia, El pájaro de fuego, fragmento para el ballet del mismo nombre del compositor ruso Igor Stravinski. Pieza con elementos fantásticos y del folclore ruso.
Los metales vibraron firmemente, la percusión rompió estándares de estruendo, los violines se acoplaron al conjunto con precisión y excelencia, y Anna Wittstruck, todo movimiento ejecutaba una danza de brazos y torsos, inusuales en quien se supone tenga todos sus sentidos puestos en las acciones de sus “subordinados”. Describir lo que se siente al escuchar una música compleja pero al mismo tiempo hermosa es casi un sacrilegio porque es difícil hallar las palabras adecuadas. Pero la señora junto a mí no pudo guardarse su propia definición, ya de pie y batiendo palmas me dijo: “Esto es mucho más de lo que yo esperaba, es sencillamente único”.
Y sí, con el recuerdo de haber sido testigo de algo más que arte me quedaré. La belleza no solo está en qué y cómo se toque una pieza musical, sino por qué se hace.


María Victoria Valdés Rodda

 
María Victoria Valdés Rodda


3 Comentarios

  1.  
    Armando Urquiola Martin

    Como nos tiene acostumbrados, este es un reportaje vívido de lo ocurrido en la Sala Avellaneda, para que los que disfrutan de la buena música puedan disfrutar aún sin estar presentes, y sentirse como escribiera el Apóstol..Arpa soy, salterio soy donde vibra el universo.
    Gracias
  2.  
    Surikato

    Soy testigo y doy fe de que, como bien se expresa en el texto de la periodista, fue una noche de MÚSICA, así, con mayúscula, de la mejor, queno solo llenó de goce contagioso y disfrute colectivo al auditorio, sino que confirmó que es mucho más lo que nos une a los pueblos que lo que nos separa.
  3.  
    ELSIE

    Me alegra que pudieras disfrutar del concierto, por lo que relatas, era para no perdérselo, (ese es mi caso). Pero como dice Armando lo disfruté muchísimo aun sin estar presente. Para la próxima invitame!!!!!!!!!!!!!!

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El “Gran terror” soviético no fue como nos contaron

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Categoría: Libros Rusia | Etiqueta: ,
Retratos de Stalin en su ciudad natal, Gori, actual Georgia. Vano Shlamov/AFP/Getty Images
Una obra que niega que el “Gran terror” fuera un plan de Stalin para consolidar su poder, y apunta al miedo generado por los servicios secretos y al viciado sistema soviético como causas de los 750.000 ejecutados durante esta etapa.

El gran miedo
James Harris
Editorial Crítica, 2017


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El 25 de febrero de 1956, durante el XX Congreso del Partido Comunista Ruso, el líder soviético Nikita Jruchov denunció a puerta cerrada los crímenes cometidos por Iósif Stalin durante el llamado “Gran terror”, en el que se ejecutaron a 750.000 personas y se deportaron a más de un millón a los gulag (campos de concentración soviéticos), entre 1936 y 1938. Jruchov apuntó al culto a la personalidad y al excesivo y cruel poder de Stalin, que buscaba eliminar a sus rivales políticos, como causas de esa matanza política. Doce años después, el historiador Robert Conquest respaldaría esta tesis, basada en la mentalidad sádica del dictador y sus ansias de eliminar a todo aquel que pudiera rivalizar con su poder, con el objetivo de hacerse con el control absoluto del Partido. Cuando se abrieron los archivos secretos del gobierno en los 90, una vez caída la Unión Soviética, los historiadores descubrieron que buena parte de la narrativa que habían sostenido estaba equivocada.
El libro El gran miedo, del historiador James Harris, es fruto de estos documentos desclasificados. En base al nuevo material descubierto, Harris niega —oponiéndose a Conquest— que el “Gran terror” de Stalin fuera un intento de consolidar su poder. Más bien —explica— fue fruto del instinto de supervivencia del líder, atemorizado por los complots internos y externos que creía que se planeaban contra él. Las matanzas de antiguos bolcheviques y miles de ciudadanos inocentes, defiende Harris, no fueron fruto de una personalidad sádica o paranoica de Stalin, sino de un cúmulo de fallos —algunos inherentes, otros evitables— del propio sistema soviético, que llevaron al siniestro período de finales de los 30. Un camino al horror en el que estuvieron involucradas casi todas las élites del Partido, tanto de alto rango como locales; los servicios secretos, con especial gravedad; y buena parte de la sociedad soviética, que participó activamente en estas dinámicas. El relato jruchovista de un sólo culpable, Stalin, era reconfortante, y evitaba que el peso de la culpa cayera sobre amplias capas del Partido y pusiera en duda el sistema. El gran acierto de “El gran miedo” es hilar todo este relato de manera convincente y sólida, utilizando los documentos desclasificados para refutar las teorías tradicionales de Conquest. Pese a algunos momentos en que los saltos temporales y la sucesión de hechos crean cierta confusión, el estilo general es claro, al modo anglosajón. En poco más de 200 páginas, Harris explica de manera absorbente la evolución de la violencia política soviética hasta su máxima expresión, el “Gran terror”.
Desde el inicio de su obra, Harris inserta la dinámica de este terror político dentro de la larga tradición de inseguridad crónica de las élites rusas. En el caso bolchevique, la mentalidad conspirativa de sus dirigentes venía marcada desde la etapa zarista, donde todo compañero podía ser un espía infiltrado por el monarca. El uso de la violencia descarnada para desenmascarar al enemigo oculto se expresó con toda su fuerza durante la Guerra Civil Rusa, en la que la Cheká, la recién creada policía secreta, empezó a realizar ejecuciones masivas, de carácter extrajudicial, sin tan siquiera buscar pruebas ni realizar interrogatorios antes de eliminar a sus detenidos. El peligro de los enemigos infiltrados en un contexto de guerra justificaba, según los bolcheviques, todas estas acciones.
Pese a esta violencia descarnada, Harris advierte que el “Gran terror” de finales de los 30 no se explica únicamente por estas dinámicas violentas creadas durante la Guerra Civil. Otros factores determinarían este desenlace, con uno por encima de todos ellos: la delirante relación que se establecería entre los servicios secretos y Stalin, es decir, cómo la policía secreta alimentaría la percepción de inseguridad del dictador con el objetivo de justificar su existencia y sus amplios poderes como organización. En buena parte, las miles de purgas y ejecuciones se explican por esta percepción irreal del peligro, basada en documentos y confesiones dudosas extraídas por los servicios secretos, que sólo hacían que alimentar el fantasma de poderosos grupos de enemigos —internos y externos— que estaban al acecho.
La Cheká, al acabar la Guerra Civil, vio como su existencia y poderes se veían puestos en duda en un período de paz y de cierta estabilidad económica, gracias a la Nueva Política Económica (NEP). Transformada en la GPU (luego en la OGPU, y posteriormente en la NKVD) tuvo que buscar maneras de mostrarse necesaria y útil: su objetivo era descubrir conspiraciones internas o extranjeras que justificaran su labor. Muchas de sus previsiones eran dudosas, pero no increíbles: abundaron las teorías de que diversos países europeos planeaban una invasión de la URSS, lo que generaba la sensación de un ataque extranjero inminente. La información se obtenía en base a métodos como la tortura, aceptado y visto como efectivo por las élites soviéticas, lo que generaba nuevas acusaciones falsas y ampliaba el rango imaginario de conspiradores. Cuantos más complots descubrían los servicios secretos, más poder y recursos recibían de los atemorizados dirigentes soviéticos. Los archivos desclasificados y la documentación privada, incluida la de Stalin, demuestran que esta percepción de miedo era mayoritaria, real y extendida.
Pero, por otro lado, no se puede explicar la extensión de víctimas sin tener en cuenta el sistema de poder local, viciado y rencoroso, que desencadenó las miles de acusaciones que llenaron los buzones de la NKVD. Stalin inició este proceso: durante los años 20, impulsó políticas que favorecían el control férreo de los secretarios generales locales por encima de su organización, a la vez que eliminaba la democracia interna para acallar las luchas de poder. El resultado fue la creación de pequeñas dictaduras locales, en las que existía una camarilla de poder inamovible. Estas políticas crearon una simpatía generalizada de los cuadros medios hacia Stalin, que sería crucial para expulsar a la oposición de izquierdas (Trotski, Zinóviev, Kámenev) y luego a la de derechas (Bujarin), y consolidar la dictadura personalista del georgiano.
Pero este respaldo a Stalin acabaría volviéndose en contra de los dirigentes locales. El dictador lanzó adelante su proyecto económico de industrialización forzada, en la que los cuadros medios tenían que asumir una gran responsabilidad respecto a los objetivos a alcanzar, jugándose su puesto y a veces su vida si no los cumplían. El plan económico no era para nada realista, pero pocos se atrevieron a criticarlo. Por un lado, porque la oposición principal ya había sido expulsada, y, por otro, porque el dictador equiparó toda crítica al proyecto como una “desviación derechista”, y toda imposibilidad de llegar a las metas propuestas como un “sabotaje”. Harris asegura que Stalin nunca pensó que su proyecto económico fuera inviable: todo fallo existente tenía que ser fruto de una conspiración.
Esta situación era peligrosa para los cuadros locales, ya que la mayoría de veces no llegaban a la metas fijadas, y debían mentir en sus informes para no ser acusados de “saboteadores”. Los jefes de los servicios secretos regionales estaban aliados con estas camarillas locales de poder, y hacían la vista gorda ante estas infracciones o ante la corrupción local. Mientras, millones de campesinos morían a causa de la hambruna, fruto de la represión política y el inhumano proyecto económico de industrialización forzada.
El atentado contra un alto cargo como Serguéi Kírov fue el desencadenante de los peores años de represión, el llamado “Gran terror”. Stalin estaba seguro de que ese asesinato tenía una organización clandestina detrás (aunque todo parece indicar que fue un homicidio en solitario). La NKVD le dio diversas pruebas que confirmaban sus prejuicios sobre un complot, organizado por la antigua oposición de izquierdas de Zinóviev y Kámenev. Stalin decidió sustituir a Génrij Yagoda, jefe de los servicios secretos, como castigo por no haber impedido el asesinato de Kírov. Yagoda sería acusado de traición y ejecutado en los Procesos de Moscú de 1938. Fue sustituido por Nikolái Yezhov, un conspiranoico de alto grado que llevó las teorías delirantes de los servicios secretos a su máximo nivel, alimentando el miedo de Stalin y de los dirigentes soviéticos.
Yezhov tomó una decisión que abriría una espiral sangrienta: sustituyó a los jefes de los servicios secretos regionales (que, recordemos, estaban aliados con las inamovibles camarillas locales) por nuevos investigadores escogidos por él, con órdenes de descubrir enemigos escondidos. Todo el sistema en que se basaban los gobiernos locales se hundió: los líderes que habían falsificado informes económicos eran ejecutados acusados de “saboteadores”; los campesinos y obreros denunciaban en secreto a sus superiores, y estos —a la vez— desviaban las acusaciones hacia abajo. Cuantas más detenciones se realizaban, más se ampliaba el círculo conspirador y más ejecutados llenaban las fosas comunes. Este círculo vicioso del terror alcanzó incluso al Ejército, del que fueron aniquilados el jefe del Estado Mayor del Ejército Rojo, Mijáil Tujachevski, y un tercio de todo el cuerpo de oficiales. Todo ello en vísperas de una guerra mundial a la que la URSS llegaría con sus tropas de alto rango diezmadas por las purgas.
Finalmente, esta lógica perversa afectaría a los propios servicios secretos. Ante la imposibilidad de Yezhov de descubrir a los líderes de la conspiración (que no existía), y después de la deserción de un alto cargo del NKVD, Stalin volvió a hacer lo mejor se le daba: buscar un nuevo enemigo imaginario para justificar todo lo que el sistema hacía mal. El dictador aseguró que enemigos del régimen se habían infiltrado en el NKVD y que por ello se habían producido tantas ejecuciones, que  habían sido realizadas para desestabilizar el sistema soviético. Los servicios secretos fueron la última víctima del terror que tanto habían azuzado. Yezhov fue ejecutado en 1940, acusado de espiar para el enemigo y planear un golpe de Estado contra Stalin.
Pese a todas estas ejecuciones de altos cargos, Harris recuerda que la inmensa mayoría de las víctimas fueron ciudadanos inocentes que no suponían ningún peligro para el régimen. Los dos grupos más castigados fueron las personas tildadas de “kulaks” (propietarios agrarios capitalistas) y las minorías nacionales, en su mayoría polacos, alemanes, finlandeses… acusados de colaborar con las potencias enemigas. Frente al argumento histórico de que el “Gran terror” fue un plan maquinado para acabar con unas élites políticas, los archivos descubrieron que fue un proceso de aniquilación fruto de un sistema y un liderazgo viciado. Frente a la lógica demoníaca de un ser cruel y poderoso que movía los hilos, quizá la causa no fue más que el miedo, la paranoia y la brutalidad de un sistema nacido y desarrollado gracias a la violencia, que decidió que el único límite al terror era un paraíso al que nunca se llegaría.

mardi 27 juin 2017


LOS FUNDAMENTOS DEL LENINISMO

El  futuro de Cuba frente al « centrismo » o la famosa tercera via

Por Joseph Stalin  (adaptación de Daniel Paquet),             dpaquet1871@gmail.com

“Sin teoría revolucionaria no puede haber tampoco movimiento revolucionario.” (Lenin).  (Y) el comprendía mejor que nadie la gran importancia de la teoría, sobre todo para un partido como el nuestro (i.e. comunista) en virtud del papel de luchador de vanguardia del proletariado internacional, que le ha correspondido, y de la complicada situación interior e internacional que lo rodea. (…)

… El análisis de las premisas de la revolución proletaria solía abordarse desde el punto de vista del estado económico de tal o cual país.  Ahora hay que abordarlo desde el punto de vista del estado económico de todos o de la mayoría de los países, desde el punto de vista del estado de la economía mundial, porque los distintos países y las distintas economías nacionales han dejado ya de ser unidades autónomas  y se ha convertido en eslabones de una misma cadena que se llama economía mundial porque el viejo capitalismo “civilizado” se ha transformado en imperialismo, y el imperialismo es un sistema mundial de esclavización financiera y de opresión colonial de la inmensa mayoría de la población del Globo por un puñado de países “adelantados”. (...)

… Pues el desarrollo desigual y a saltos de los distintos países capitalistas en el imperialismo, el desarrollo, en el seno del imperialismo, de contradicciones catastróficas que llevan a guerras inevitables, el incremento del  movimiento revolucionario en todos los países del  mundo; todo ello no solo conduce a la posibilidad, sino también a la necesidad del  triunfo del proletariado en uno u otro país.

La dictadura del proletariado

La dictadura del proletariado es un Poder revolucionario que se basa en la violencia contra la burguesía.  El Estado es una maquina puesta en manos de la clase dominante para aplastar la resistencia de sus enemigos de clase. En este sentido, la dictadura del proletariado realmente no se distingue en nada de la dictadura de cualquier otra clase, pues el Estado proletario es una máquina para aplastar a la burguesía. Pero hay aquí une diferencia esencial.  Consiste esta diferencia en que todos los Estados de clase que ha existido hasta hoy han  sido la dictadura de una minoría explotadora sobre une mayoría explotada, mientras que la dictadura del proletariado es la dictadura de la mayoría explotada sobre la minoría explotadora. (…)

Porque el imperialismo no puede vivir sin explotar a las colonias, y sin mantenerlas por la fuerza en el marco de “un todo  único”; porque el imperialismo no puede aproximar a las naciones más que mediante anexiones generales, es inconcebible. (…) Para el  comunismo, por el contrario, estas tendencias no son más que dos aspectos de un mismo problema, del problema de liberar del yugo del imperialismo a los pueblos oprimidos, porque el  comunismo sabe que la unificación de los pueblos en una sola economía mundial solo es posible sobre la base de la confianza mutua y del libre consentimiento y que para llegar a la unión voluntaria de los pueblos hay que pasar por la separación de la colonias del “todo único” imperialista y por su transformación en Estados independientes. (…)

… El Partido (i.e. comunista) es la forma superior de organización de clase del proletariado.  Esto no quiere decir, naturalmente, que las organizaciones sin partido, los sindicatos, las cooperativas, etc., deban estar formalmente subordinadas a la dirección del partido.  Lo que  hace falta, es, simplemente, que los miembros del partido que integran esas organizaciones, en las que gozan de indudable influencia, empleen todos los medios de persuasión para que las organizaciones sin partido se acerquen en el curso de su trabajo al Partido del proletariado  y acepten voluntariamente la dirección política de este. (…)

El Partido se fortalece depurándose e los elementos oportunistas.  El fraccionalismo dentro del Partido nace de sus elementos oportunistas.  El proletariado no es una clase cerrada. (Grupos) pequeñoburgueses penetran de un modo o de otro en el Partido, llevando a este el espíritu de vacilación y de oportunismo, el espíritu de desmoralización y de incertidumbre. Son ellos, principalmente, quienes constituyen la desorganización y de la labor de destrucción del partido desde dentro. “

 

(Las conferencias de J. V. Stalin Los fundamentos del leninismo fueron publicadas en Pravda en abril y mayo de 1924.  En mayo de 1924 apareció el folleto de J. V. Stalin Acerca de Lenin y el leninismo, en el  que figuraban  su discurso  titulado Lenin y las conferencias Los fundamentos del  leninismo.  El trabajo de J. V. Stalin Los fundamentos del leninismo figura en todas las ediciones de su libro Cuestiones de leninismo.),  Ediciones en lenguas extranjeras, Pekin, 1977/Reimpreso en los Estados Unidos de America, 2010).

 

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lundi 26 juin 2017

Lula lidera intención de voto para presidenciales de Brasil


El expresidente mantiene el 30 por ciento de preferencia.

El expresidente mantiene el 30 por ciento de preferencia. | Foto: Reuters

Publicado 26 junio 2017 (Hace 5 horas 36 minutos)
              
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En todas las hipótesis expuestas en la encuesta de Datafolha, el expresidente brasilero Luiz Inácio Lula da Silva ganaría las elecciones con amplia mayoría. 

El instituto Datafolha reveló este lunes una nueva encuesta sobre la intención del voto para las elecciones presidenciales a celebrarse el próximo año en Brasil.

Según los resultados, el expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva del Partido de los Trabajadores (PT) lidera las encuestas con un 30 por ciento sobre sus rivales.

>> Michel Temer acumula 93 por ciento de desaprobación

El diputado federal Jair Bolsonaro del Partido Social Cristiano (PSC) se situó en el segundo lugar del sondeo. En diciembre de 2016, Bolsonaro contaba con una intención de voto del 8 por ciento según los encuestados, en abril ya alcanzaba el 14 por ciento y en la más reciente encuesta alcanzó 16 por ciento.

En el tercer lugar se encuentra Marina Silva de Rede con 15 por ciento, le sigue el exministro Joaquim Barbosa con 11 por ciento de las intenciones de voto.

>> Michel Temer, de escándalo en escándalo de corrupción

El quinto lugar lo ocuparía el candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) que estaría entre Geraldo Alckmin o João Dória con un 8 por ciento , quedando el resto de los aspirante con un 2 por ciento cada uno.

Las encuestas se realizaron en varios posibles escenarios ya que algunos partidos no han hecho oficial quiénes serían sus representantes en los venideros comicios presidenciales.

En todas los escenarios expuestos por Datafolha y de ser el candidato del PT, Luiz Inácio Lula da Silva ganaría las elecciones, por lo menos en la primera vuelta ya que ningún aspirante cuenta con la mayoría absoluta.

El dato: El instituto Datafolha no incluyó en el sondeo realizado a 2.771 personas entre el 21  y el 23 de junio los nombres de Michel Temer del  Partido de Movimiento Democrático Brasileño  (PMDB) y Aécio Neves (PSDB).
Resultado del sondeo realizado por Datafolha

dimanche 25 juin 2017

Bien contraire à L'éducation sentimentale de Gustave Flaubert

"Não podemos deixar tudo que pertence ao campo da moral ou a outras construções ideológicas à disposição total do liberalismo burguês. Para nós, a emancipação feminina não é um sonho, nem mesmo um princípio ético, mas uma realidade concreta, um fato que diariamente precisa ser tornado real", escreveu Alexandra Mihaylovna Kollontai, no livro "Bases sociais das questões feministas", de 1906; testemunha ocular do Domingo Sangrento (1905), ela não precisou dos Bolcheviques ou Mencheviques para fazer política; entre 1908 e 1917, produziu boa parte de seus trabalhos afirmando que "tenho mantido a luta pela emancipação e igualdade das mulheres mesmo com o duplo desafio de ser cidadã e mãe" demonstrando a dificuldade de uma mulher, mãe viver no exílio; leia a íntegra do texto do historiador Fernando Horta

25 de Junho de 2017 às 18:48 //