La mar también nos une (+video)
En la mañana, de este jueves 6 de julio, por segunda ocasión, entró en la bahía de La Habana el Escuadrón de Entrenamiento de las Fuerzas de Autodefensa del Estado de Japón. La población podrá visitarlo el sábado 8
Por MARÍA VICTORIA VALDÉS RODDA, de la Revista cubana Bohemia www.bohemia.cu
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La proa se ve imponente, pintada de gris, pero tiene a pesar de lo intimidatorio de su casco, algo de amigable porque su tripulación se encarga de reconfortarnos con la distinguida amabilidad japonesa. Entonces, la labor del reportero se vuelve amable: dos buques escuela de Japón, el Kashima y la nave escolta Harusame, estarán atracados por espacio de algunos pocos días en la terminal refrigerada del puerto habanero.
Luego de tres años de ausencia, están de nuevo aquí con nuestra brisa marina y el mucho calor del verano. Y como es habitual en el lenguaje de los barcos y los marineros, al entrar a la rada, hubo un intercambio de salvas; por la parte japonesa, desde el buque Kashima; y por la cubana, desde la fortaleza de San Carlos de La Cabaña.
La cubierta estaba repleta de sogas con los clásicos nudos marineros, lo cual demuestra que aun con la incorporación de las más modernas tecnologías, los navegantes de hoy también deben aprender lo que es un buen lazo. Eso lo presencié desde el buque Kashima. Al voltear la mirada hacia el Harusame, unos muchachos muy jóvenes, impecablemente vestidos con uniforme blanco, me saludaron con la mano con la infaltable sonrisa asiática en el rostro.
Al interior de la nave la limpieza, el orden y la elegancia se impusieron. Esa nación ubicada en el Océano Pacífico, al nordeste de Asia, es famosa por su estrecho vínculo con las aguas y los peces debido a su entorno natural. Pero también a partir de su condición insular -es en realidad un archipiélago- resalta por su destreza marítima. Ahora nuevamente la ponen a prueba con este viaje. Sin embargo, no solo han llegado a Cuba, también han navegado por ocho países con escala en 13 puertos, durante un mes y medio, en un periplo general de 164 días.
Para tener una información detallada de la estancia tuvo lugar este 6 de julio, el mismo día del arribo de las naves, una conferencia de prensa a cargo del embajador de Japón en Cuba, el excelentísimo señor Masaru Watanabe y el Contraalmirante Koji Manabe, Comandante de los buques.
El diplomático nipón señaló que era “un gran honor poder recibir al escuadrón de entrenamiento de las Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón que ha retornado a Cuba tres años después de su última visita en el año 2014. En aquella oportunidad fue para celebrar el 400 aniversario de la llegada de Hasekura Tsunenaga, primer samurái que visitó La Habana”. Afirmó asimismo que desde entonces las relaciones entre Cuba y Japón se han desarrollado notablemente.
Ejemplificó con argumentos irrebatibles: “En 2015 y 2016, nuestro ministro de Asuntos Exteriores, Fumio Kishiday, y el Primer Ministro Shinzo Abe, respectivamente, visitaron Cuba, como los primeros en la historia. Mientras que por la parte cubana, Miguel Díaz Canel, Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, viajó a Japón en 2016”.
Recordó la conformación en 2015 del Comité Conjunto Público y Privado, que celebra reuniones periódicas como otra forma de incrementar los negocios. Watanabe expresó que “con ello se ha estimulado el interés de las empresas japonesas en Cuba. El año pasado más de 400 empresas nos visitaron para buscar oportunidades en este mercado. Además, ambos países llegaron a un acuerdo sobre reordenamiento de la deuda cubana. Ya hemos comenzado varios proyectos de asistencia financiera no rembolsable que alcanzan los 10 millones de dólares en áreas de salud, agricultura y medio ambiente”.
Pero estos esfuerzos bilaterales no darían los frutos esperados si faltara el contacto pueblo a pueblo, y es en este tópico donde el diplomático japonés señaló que “el intercambio de personas también se ha desenvuelto notablemente. En 2014 vinieron a Cuba alrededor de siete mil 500 turistas japoneses. Y en 2016 lo hicieron más de 22 mil. Y se esperan aún más para este año. El interés de los cubanos hacia Japón también ha aumentado. Es posible encontrar una mayor cantidad de artículos sobre Japón en periódicos y reportajes nacionales. También las clases de idioma japonés, no solo en La Habana, se expande por todo el país. En estas circunstancias, la visita del Escuadrón al Puerto de La Habana se ha convertido en un símbolo de las muy buenas relaciones entre los dos países. Y quisiera que los buques visiten a Japón de vez en cuando, si es posible periódicamente como un puente de amistad que une las dos Islas”.
Cuando le llegó el turno al Contraalmirante Koji Manabe, este nos tenía una muy agradable sorpresa: se presentó en un diáfano español. Por supuesto fue apenas unos segundos, pero tiempo suficiente para establecer una corriente de simpatía, la cual se redobló al decir que era “un honor para nosotros visitar La Habana. Es un orgullo que los 600 tripulantes, de ellos 190 alumnos, se incorporen al incremento de la cifra de visitantes japoneses en este año. Haremos todo lo posible, cada uno de nosotros, para que la vista contribuya al fortalecimiento de las relaciones entre Cuba y Japón”.
Explicó que “el ejercicio se organiza anualmente para mejorar la habilidad marítima de las guardias marinas para ampliar sus horizontes internacionales y para estrechar las relaciones entre pueblo y Fuerza armada Marítima del país anfitrión y nosotros”. Confirmó que “en esta nuestra segunda visita, organizaremos, como la vez pasada, varios eventos de ampliación amistosa. Mañana, 7 de julio, a las 4 de la tarde, en la Plaza San Francisco de Asís, los marines ejecutarán los tambores japoneses y harán además una exhibición de Kendo, junto a la Federación cubana de esta disciplina. El sábado 8, el público podrá visitar el buque. Además, visitaremos la Academia Naval Granma, donde se abordará un intercambio de opiniones así como habrá un encuentro deportivo”.
A una pregunta de BOHEMIA sobre ¿cómo era la rutina diaria en altamar?, el comandante respondió cordialmente: “Durante la navegación, por el día hay entrenamiento de manejo en el buque general, y por la tarde se realiza uno específico de cada maniobra, al detalle. Por la noche se hacen las rondas de vigilancia del buque”.
Ya en la despedida ambos anfitriones japoneses quisieron dejar constancia pública de su agradecimiento al gobierno de Cuba, especialmente al Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) por su gran cooperación y apoyo para esta visita. Ambos también se mostraron seguros de que esta estancia contribuirá a una mayor profundización del mutuo entendimiento entre nuestros dos pueblos.
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La proa se ve imponente, pintada de gris, pero tiene a pesar de lo intimidatorio de su casco, algo de amigable porque su tripulación se encarga de reconfortarnos con la distinguida amabilidad japonesa. Entonces, la labor del reportero se vuelve amable: dos buques escuela de Japón, el Kashima y la nave escolta Harusame, estarán atracados por espacio de algunos pocos días en la terminal refrigerada del puerto habanero.
Luego de tres años de ausencia, están de nuevo aquí con nuestra brisa marina y el mucho calor del verano. Y como es habitual en el lenguaje de los barcos y los marineros, al entrar a la rada, hubo un intercambio de salvas; por la parte japonesa, desde el buque Kashima; y por la cubana, desde la fortaleza de San Carlos de La Cabaña.
La cubierta estaba repleta de sogas con los clásicos nudos marineros, lo cual demuestra que aun con la incorporación de las más modernas tecnologías, los navegantes de hoy también deben aprender lo que es un buen lazo. Eso lo presencié desde el buque Kashima. Al voltear la mirada hacia el Harusame, unos muchachos muy jóvenes, impecablemente vestidos con uniforme blanco, me saludaron con la mano con la infaltable sonrisa asiática en el rostro.
Al interior de la nave la limpieza, el orden y la elegancia se impusieron. Esa nación ubicada en el Océano Pacífico, al nordeste de Asia, es famosa por su estrecho vínculo con las aguas y los peces debido a su entorno natural. Pero también a partir de su condición insular -es en realidad un archipiélago- resalta por su destreza marítima. Ahora nuevamente la ponen a prueba con este viaje. Sin embargo, no solo han llegado a Cuba, también han navegado por ocho países con escala en 13 puertos, durante un mes y medio, en un periplo general de 164 días.
Para tener una información detallada de la estancia tuvo lugar este 6 de julio, el mismo día del arribo de las naves, una conferencia de prensa a cargo del embajador de Japón en Cuba, el excelentísimo señor Masaru Watanabe y el Contraalmirante Koji Manabe, Comandante de los buques.
El diplomático nipón señaló que era “un gran honor poder recibir al escuadrón de entrenamiento de las Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón que ha retornado a Cuba tres años después de su última visita en el año 2014. En aquella oportunidad fue para celebrar el 400 aniversario de la llegada de Hasekura Tsunenaga, primer samurái que visitó La Habana”. Afirmó asimismo que desde entonces las relaciones entre Cuba y Japón se han desarrollado notablemente.
Ejemplificó con argumentos irrebatibles: “En 2015 y 2016, nuestro ministro de Asuntos Exteriores, Fumio Kishiday, y el Primer Ministro Shinzo Abe, respectivamente, visitaron Cuba, como los primeros en la historia. Mientras que por la parte cubana, Miguel Díaz Canel, Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, viajó a Japón en 2016”.
Recordó la conformación en 2015 del Comité Conjunto Público y Privado, que celebra reuniones periódicas como otra forma de incrementar los negocios. Watanabe expresó que “con ello se ha estimulado el interés de las empresas japonesas en Cuba. El año pasado más de 400 empresas nos visitaron para buscar oportunidades en este mercado. Además, ambos países llegaron a un acuerdo sobre reordenamiento de la deuda cubana. Ya hemos comenzado varios proyectos de asistencia financiera no rembolsable que alcanzan los 10 millones de dólares en áreas de salud, agricultura y medio ambiente”.
Pero estos esfuerzos bilaterales no darían los frutos esperados si faltara el contacto pueblo a pueblo, y es en este tópico donde el diplomático japonés señaló que “el intercambio de personas también se ha desenvuelto notablemente. En 2014 vinieron a Cuba alrededor de siete mil 500 turistas japoneses. Y en 2016 lo hicieron más de 22 mil. Y se esperan aún más para este año. El interés de los cubanos hacia Japón también ha aumentado. Es posible encontrar una mayor cantidad de artículos sobre Japón en periódicos y reportajes nacionales. También las clases de idioma japonés, no solo en La Habana, se expande por todo el país. En estas circunstancias, la visita del Escuadrón al Puerto de La Habana se ha convertido en un símbolo de las muy buenas relaciones entre los dos países. Y quisiera que los buques visiten a Japón de vez en cuando, si es posible periódicamente como un puente de amistad que une las dos Islas”.
Cuando le llegó el turno al Contraalmirante Koji Manabe, este nos tenía una muy agradable sorpresa: se presentó en un diáfano español. Por supuesto fue apenas unos segundos, pero tiempo suficiente para establecer una corriente de simpatía, la cual se redobló al decir que era “un honor para nosotros visitar La Habana. Es un orgullo que los 600 tripulantes, de ellos 190 alumnos, se incorporen al incremento de la cifra de visitantes japoneses en este año. Haremos todo lo posible, cada uno de nosotros, para que la vista contribuya al fortalecimiento de las relaciones entre Cuba y Japón”.
Explicó que “el ejercicio se organiza anualmente para mejorar la habilidad marítima de las guardias marinas para ampliar sus horizontes internacionales y para estrechar las relaciones entre pueblo y Fuerza armada Marítima del país anfitrión y nosotros”. Confirmó que “en esta nuestra segunda visita, organizaremos, como la vez pasada, varios eventos de ampliación amistosa. Mañana, 7 de julio, a las 4 de la tarde, en la Plaza San Francisco de Asís, los marines ejecutarán los tambores japoneses y harán además una exhibición de Kendo, junto a la Federación cubana de esta disciplina. El sábado 8, el público podrá visitar el buque. Además, visitaremos la Academia Naval Granma, donde se abordará un intercambio de opiniones así como habrá un encuentro deportivo”.
A una pregunta de BOHEMIA sobre ¿cómo era la rutina diaria en altamar?, el comandante respondió cordialmente: “Durante la navegación, por el día hay entrenamiento de manejo en el buque general, y por la tarde se realiza uno específico de cada maniobra, al detalle. Por la noche se hacen las rondas de vigilancia del buque”.
Ya en la despedida ambos anfitriones japoneses quisieron dejar constancia pública de su agradecimiento al gobierno de Cuba, especialmente al Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) por su gran cooperación y apoyo para esta visita. Ambos también se mostraron seguros de que esta estancia contribuirá a una mayor profundización del mutuo entendimiento entre nuestros dos pueblos.
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