EL OPPORTUNISMO Y EL REVISIONISMO CONTRA EL SOCIALISMO
Contribución
al debate en Cuba
Según Vladimir Lenin y Joseph
Stalin dpaquet1871@gmail.com
MONTREAL – “La filosofía del
marxismo es el materialismo. A lo largo de toda la historia moderna de
Europa, y en especial en Francia a fines del siglo XVIII, donde se desarrollo
la batalla decisiva contra toda la escoria medieval, contra el feudalismo en
las instituciones y en las ideas, el materialismo se mostro como la única filosofía consecuente,
fiel a todo lo que enseñan las ciencias naturales, hostil a la superstición, a
la mojigata hipocresía, etc. Por eso, los enemigos de la democracia empeñaron
todos sus esfuerzos para tratar de “refutar”, y minar, difamar el materialismo
y salieron en defensa de las diversas formas del idealismo filosófico, que se
reduce siempre, de una u otra forma, a
la defensa o al apoyo de la religión.” (Lenin, V.I. Marx Engels Marxismo, Tres
fuentes y tres partes integrantes del marxismo, Ediciones en lenguas
extranjeras, Pekin, 1980, páginas 1-2).
“El revisionismo salió aún peor
parado en lo que se refiere a la teoría de la crisis y a la teoría de la
bancarrota. Sólo personas muy poco
perspicaces y durante muy poco tiempo podían pensar en modificar los
fundamentos de la doctrine de Marx bajo la influencia de algunos años de animación
y prosperidad industrial. Muy pronto la
realidad se encargó de enseñar a los revisionistas que las crisis no eran cosa
del pasado: la prosperidad fue seguida por la crisis. Cambiaron las formas, la sucesión, el cuadro
de las distintas crisis pero éstas seguían siendo parte integrante, inevitable,
del régimen capitalista. Mientras
unifican la producción, los cártels y trusts, simultáneamente, y en forma visible
para todos, agravan la anarquía de la producción, la inseguridad de la vida del
proletariado y la opresión del capital, agudizando así las contradicciones de clase
en grado sin precedentes. Los modernos,
gigantescos trusts ponen en evidencia, de modo bien palpable y en inmensas proporciones, que el capitalismo marcha hacia
la bancarrota, tanto en el sentido de las crisis políticas y económicas aisladas como en el del hundimiento completo de todo el régimen.”
(Lenin, V.I., Marxismo y revisionismo, Ediciones en lenguas extranjeras,
Pekin, 1980, página 5).
“El carácter inevitable del
revisionismo está determinado por sus raíces de clase en la sociedad
actual. El revisionismo es un fenómeno
internacional.” (Ibidem, página 7).
“Es un planteo recurrente
acusar a Stalin del burocratismo que efectivamente se fue extendiendo en el
partido y el Estado. Stalin no fue un burócrata en ninguno de los
momentos de su vida, todo lo contrario, su dinamismo se expresó siempre en el
contacto directo con la base del partido
y con las masas, el mismo fue uno de los dirigentes de los Soviets antes de la
revolución. Toda subida estuvo en la
acción. El burocratismo es un fenómeno social, una atrofia surgida en la
administración burguesa (recordemos que una buena parte de la administración
bolchevique hubo de recurrir a los viejos funcionarios zaristas) que penetra en
las filas revolucionarias, en el interior del partido, en el seno del
Estado. El burocratismo, efectivamente
se hizo presente en la vida del Estado Socialista, contagió a no pocos
militantes y dirigentes. Las
responsabilidades del poder se transformaron en
unos casos, en pequeñas y grandes
prebendas que fueron creando una casta de burócratas que entorpecían el funcionamiento
del partido y de la administración estatal, que separaban al partido de las
masas. Stalin no fomentó el burocratismo pero efectivamente no tuvo ni la
capacidad ni la experiencia para extirparlo.
Varias ofensivas de carácter ideológico destinadas a erradicarlo se sucedieron,
precisamente, por iniciativa de Stalin.
La educación política, la lucha ideológica, la vigencia de la democracia
en el partido, las elecciones partidarias fueron expresiones de la lucha de los
comunistas contra el burocratismo. No
pueden descartarse como inservibles.
Dieron resultados, permitieron, entre otras cosas, el curso ascendente
de las realizaciones sociales y materiales de la dictadura del proletariado, la
depuración ideológica, política y orgánica del partido y del Estado, el
arrinconamiento y expulsión de varios grupos de oportunistas y traidores. Más, efectivamente, no lograron erradicar el
burocratismo y el oportunismo. Varios
oportunistas y traidores esquivaron la lucha ideológica y se agazaparon. Volverían más tarde, luego de la muerte de
Stalin. Está claro que el burocratismo es un edema ideológico que renace
persistentemente y que es necesario un
combate incesante y hasta las últimas consecuencias. Stalin no propicio el burocratismo, más bien
fue una de sus víctimas.”
(Miranda, Pablo, Stalin, Partido Comunista Marxista-Leninista de Ecuador,
2012).
“No hay que olvidar que entre
Marx y Engels, de una parte, y Lenin, de otra, media todo un periodo de dominio
indiviso del oportunismo de la II Internacional, la lucha implacable contra el
cual no podía menos de ser una de las tareas más importantes del leninismo.”
(Stalin, J.V., Los fundamentos del leninismo, Ediciones en lenguas
extranjeras, Pekin, 1977, Reimpreso en los Estados Unidos de América, 2010, página 3)
“La teoría es la experiencia del
movimiento obrero de todos los países, tomada en su aspecto general. Naturalmente, la teoría deja de tener objeto
cuando no se halla vinculada a la práctica
revolucionaria, exactamente del mismo modo que la práctica es ciega si la
teoría revolucionaria no alumbra su camino.
Pero la teoría puede convertirse en una formidable fuerza del movimiento
obrero si se elabora en indisoluble ligazón con la práctica revolucionaria,
porque ella, y sólo ella, puede dar al movimiento seguridad, capacidad para
orientarse y la comprensión de los vínculos internos entre los acontecimientos
que se producen en torno nuestro; porque ella, y sólo ella, puede ayudar a la
práctica a comprender, no sólo cómo se mueven y hacia dónde deben moverse y
hacia dónde deben marchar en un futuro próximo. (…) Quizá la expresión más
clara de la alta importancia que Lenin otorgaba a la teoría, sea el hecho de
que fuera precisamente él quien asumió e cumplimiento de una tarea tan grande
como la de sintetizar, desde el punto de vista de la filosofía materialista,
los más importantes adelantos de la ciencia en el periodo comprendido desde
Engels hasta Lenin y de someter a
profunda crítica las tendencias antimaterialistas entre los partidarios
del marxismo.” (Ibidem, páginas 3, 19-20).
“El Partido (comunista) es la
forma superior de organización de clase
del proletariado. Esto no quiere decir, naturalmente, que las organizaciones
sin-partido, los sindicatos, las cooperativas, etc., deban estar formalmente
subordinadas a la dirección del Partido.
Lo que hace falta es, simplemente, que los miembros del Partido que
integran estas organizaciones, en las que gozan de indudable influencia,
empleen todos los medios de persuasión para que las organizaciones sin-partido
se acerquen en el curso de su trabajo al partido del proletariado y acepten voluntariamente la
dirección política del éste. Por eso, Lenin dice que el Partido es “la forma superior de unión de clase de los
proletarios”, cuya dirección política
debe extenderse a todas las demás formas de organización del proletariado. Por
eso, la teoría oportunista de la “independencia” y de la “neutralidad” de las
organizaciones sin-partido, que produce
parlamentarios independientes y
publicistas desligados del Partido, funcionarios
sindicales de mentalidad estrecha y
cooperativistas imbuidos de espíritu pequeñoburgués,
es completamente incompatible con la teoría y la práctica del leninismo.”
(Ibidem, página 104).
“… Grupos pequeñoburgueses
penetran de un modo o de otro en el Partido, llevando a éste el espíritu de
vacilación y de oportunismo, el espíritu de desmoralización y de
incertidumbre. Son ellos,
principalmente, quienes constituyen al
fuente del fraccionalismo y de la
disgregación, la fuente de la desorganización y de la labor de destrucción del
Partido desde dentro. Hacer la guerra al
imperialismo teniendo en la retaguardia tales “aliados”, es verse en la
situación de gente que se halla entre dos fuegos, tiroteada por el frente y por
la retaguardia. Por eso, la lucha
implacable contra esto elementos, su expulsión del Partido es la condición previa para luchar con
éxito contra el imperialismo.” (Ibidem, página 109).
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