Publicado: 21 ago 2017 16:39 GMT
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Falsificar la historia no es tan difícil: hay que controlar el poder mediático para inventar fábulas o ficciones con el fin de demostrar lo inexistente y manejar los mecanismos para callar al contradictor. Así, la irrealidad se convierte en verdad por arte de prestidigitación y las pantallas pueden mostrar un vencedor cuando en efecto ha perdido. Las confrontaciones son un buen ejemplo.
La guerra no es un proyecto simplemente militar, sino integral. Es decir, conjuga el campo económico (bloqueos, manipulación de monedas, impedimento de negociación, etc.), político (golpe parlamentario, uso de las Cámaras, votaciones espurias), mediático (adulteración de la realidad, control de la información, creación de falsos positivos), militar (apoyo armado a la oposición, financiamiento, estrategia de ocupación) y humano (angustias, temores, inseguridades, debilidades, mitificación).
En este sentido, la incesante derrota del régimen estadounidense en las diversas confrontaciones en las que se ha involucrado, ha puesto de relieve la desesperación al no obtener victorias, ya que su estrategia va en contravía del espíritu soberano de los pueblos del mundo que se han alzado ante la opresión de gobiernos transnacionales.
Las guerras perdidas son:
1. Guerra con Venezuela. Considerar la ocupación militar del país indica que no ha dado resultado toda la estrategia de desestabilización y agresión al pueblo venezolano durante 17 años, manifestada claramente desde el golpe de Estado fracasado a Hugo Chávez. La posición de China y Rusia considerando inaceptable la intervención armada es fehaciente.
2. Guerra con Siria. Actualmente, el Ejército Árabe Sirio y sus aliados han reconquistado gran parte del territorio y liberado al pueblo, lo que legitima al presidente Bashar al Assad. Sus esfuerzos por ocupar la nación y fragmentarla hasta este momento han resultado infructuosos, pues el contingente mercenario, Daesh (Estado Islámico) y Al Qaeda, va en declive.
3. Guerra con Irán. Desde la revolución islámica iraní en 1979, apoyada por el pueblo, se ha tratado por todos los instrumentos posibles de destruirla. El acuerdo nuclear con el G5+1 fue un revés inmenso que aún no es asimilado. La cohesión interna y valentía para enfrentar al adversario es admirable.
4. Guerra con Rusia. Nada ha resultado para desestabilizarla y las sanciones, además de la esgrimida "amenaza rusa", no han logrado permear al Gobierno. En estos momentos, el proceso de integración y relaciones con esta nación por parte de muchos países consolida el triunfo.
5. Guerra con China. Los intentos de violar las fronteras del país asiático se han encontrado con una fuerte respuesta y las amenazas simplemente quedan en la retórica, pues se enfrenta a un gigante que no le teme y, aún más, lo asusta.
6. Guerra con Corea del Norte. La supuesta guerra nuclear y amenaza a la seguridad de EE.UU. es un mito que no ha fructificado y la escalada militar no cuenta con el respaldo popular ni de Japón, ni Corea del Sur, quienes asumirían los costos materiales y humanos. Lo más probable es que pierda la guerra mediática y no pueda enfrentarse a Kim Jong-un. No habrá guerra si una decisión suicida u obsesiva compulsiva queda fuera de este espectro.
7. Guerra con Yemen. Este empobrecido país con brote de cólera ha resistido a la agresión de la coalición árabe apoyada por EE.UU. y, en este momento, ya ataca las fronteras de Arabia Saudita causando bajas. El Gobierno sigue incólume y luchando contra los invasores.
8. Guerra con Ucrania. El golpe de Estado dado contra su presidente legítimo ha finalizado en la partición del país permitiendo que una gran zona se declare independiente, lo que destruyó las aspiraciones de hacerse con todo el territorio. La pérdida de Crimea ha sido un extraordinario impacto.
9. Guerra con Afganistán. Lo que establecieron como un dominio rápido se ha convertido en la sepultura de sus soldados enviados erróneamente a un lugar que no debieron arrasar. Hoy existe una autoridad y fuerzas que rechazan totalmente al régimen estadounidense.
10. Guerra con Irak. Pese a que persisten los intentos de fragmentar el territorio apoyando la autonomía kurda, el triunfo sobre el takfirismo ha hecho fuerte la unidad iraquí. Al Abadi ha legalizado a las fuerzas que lo apoyan y descartado a la Coalición como un factor liberador.
También habría que mencionar sus fracasos en El Líbano, Palestina, sin olvidar el reciente intento de golpe de Estado fallido en Turquía, lo que permite concluir únicamente ha provocado en el planeta caos y dolor, sin ninguna esperanza de presente o futuro, solamente temor y terror de muerte.
Ha ganado algunos eventos, aunque casi todos espurios, como son el derrocamiento de los mandatarios legales de Honduras, Paraguay y Brasil, las elecciones en Argentina con Macri, entre otros, lo que no obsta para considerar que el régimen estadounidense se acostumbró a guerras con fracasos e inconclusas. Ello no significa que se detenga en sus afanes expansionistas en contra de la Humanidad.
Da la impresión que, más temprano que tarde, las grandes avenidas donde pase un ser humano libre y feliz, será posible en la medida que los intereses de élites descarnadas sean puestas en evidencia y desarmadas. Así debe ser.
La guerra no es un proyecto simplemente militar, sino integral. Es decir, conjuga el campo económico (bloqueos, manipulación de monedas, impedimento de negociación, etc.), político (golpe parlamentario, uso de las Cámaras, votaciones espurias), mediático (adulteración de la realidad, control de la información, creación de falsos positivos), militar (apoyo armado a la oposición, financiamiento, estrategia de ocupación) y humano (angustias, temores, inseguridades, debilidades, mitificación).
En este sentido, la incesante derrota del régimen estadounidense en las diversas confrontaciones en las que se ha involucrado, ha puesto de relieve la desesperación al no obtener victorias, ya que su estrategia va en contravía del espíritu soberano de los pueblos del mundo que se han alzado ante la opresión de gobiernos transnacionales.
Las guerras perdidas son:
1. Guerra con Venezuela. Considerar la ocupación militar del país indica que no ha dado resultado toda la estrategia de desestabilización y agresión al pueblo venezolano durante 17 años, manifestada claramente desde el golpe de Estado fracasado a Hugo Chávez. La posición de China y Rusia considerando inaceptable la intervención armada es fehaciente.
2. Guerra con Siria. Actualmente, el Ejército Árabe Sirio y sus aliados han reconquistado gran parte del territorio y liberado al pueblo, lo que legitima al presidente Bashar al Assad. Sus esfuerzos por ocupar la nación y fragmentarla hasta este momento han resultado infructuosos, pues el contingente mercenario, Daesh (Estado Islámico) y Al Qaeda, va en declive.
3. Guerra con Irán. Desde la revolución islámica iraní en 1979, apoyada por el pueblo, se ha tratado por todos los instrumentos posibles de destruirla. El acuerdo nuclear con el G5+1 fue un revés inmenso que aún no es asimilado. La cohesión interna y valentía para enfrentar al adversario es admirable.
4. Guerra con Rusia. Nada ha resultado para desestabilizarla y las sanciones, además de la esgrimida "amenaza rusa", no han logrado permear al Gobierno. En estos momentos, el proceso de integración y relaciones con esta nación por parte de muchos países consolida el triunfo.
5. Guerra con China. Los intentos de violar las fronteras del país asiático se han encontrado con una fuerte respuesta y las amenazas simplemente quedan en la retórica, pues se enfrenta a un gigante que no le teme y, aún más, lo asusta.
6. Guerra con Corea del Norte. La supuesta guerra nuclear y amenaza a la seguridad de EE.UU. es un mito que no ha fructificado y la escalada militar no cuenta con el respaldo popular ni de Japón, ni Corea del Sur, quienes asumirían los costos materiales y humanos. Lo más probable es que pierda la guerra mediática y no pueda enfrentarse a Kim Jong-un. No habrá guerra si una decisión suicida u obsesiva compulsiva queda fuera de este espectro.
7. Guerra con Yemen. Este empobrecido país con brote de cólera ha resistido a la agresión de la coalición árabe apoyada por EE.UU. y, en este momento, ya ataca las fronteras de Arabia Saudita causando bajas. El Gobierno sigue incólume y luchando contra los invasores.
8. Guerra con Ucrania. El golpe de Estado dado contra su presidente legítimo ha finalizado en la partición del país permitiendo que una gran zona se declare independiente, lo que destruyó las aspiraciones de hacerse con todo el territorio. La pérdida de Crimea ha sido un extraordinario impacto.
9. Guerra con Afganistán. Lo que establecieron como un dominio rápido se ha convertido en la sepultura de sus soldados enviados erróneamente a un lugar que no debieron arrasar. Hoy existe una autoridad y fuerzas que rechazan totalmente al régimen estadounidense.
10. Guerra con Irak. Pese a que persisten los intentos de fragmentar el territorio apoyando la autonomía kurda, el triunfo sobre el takfirismo ha hecho fuerte la unidad iraquí. Al Abadi ha legalizado a las fuerzas que lo apoyan y descartado a la Coalición como un factor liberador.
También habría que mencionar sus fracasos en El Líbano, Palestina, sin olvidar el reciente intento de golpe de Estado fallido en Turquía, lo que permite concluir únicamente ha provocado en el planeta caos y dolor, sin ninguna esperanza de presente o futuro, solamente temor y terror de muerte.
Ha ganado algunos eventos, aunque casi todos espurios, como son el derrocamiento de los mandatarios legales de Honduras, Paraguay y Brasil, las elecciones en Argentina con Macri, entre otros, lo que no obsta para considerar que el régimen estadounidense se acostumbró a guerras con fracasos e inconclusas. Ello no significa que se detenga en sus afanes expansionistas en contra de la Humanidad.
Da la impresión que, más temprano que tarde, las grandes avenidas donde pase un ser humano libre y feliz, será posible en la medida que los intereses de élites descarnadas sean puestas en evidencia y desarmadas. Así debe ser.
Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.
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