¡Bendita medicina! Gracias a ella vivimos más que nunca en la historia de la humanidad (salvo que nos creamos las historias bíblicas sobre personajes como Matusalen, que vivían cerca de mil años). No solo hemos mejorado nuestra esperanza de vida sino también en la calidad de la misma.
Afortunadamente la mortalidad infantil hoy en día es anecdótica y enfermedades tan comunes como la gripe (antes mortal para la mayoría) son fáciles de curar, salvo complicaciones. Pero tampoco es tan extraño viendo qué es lo que muchas veces ocurría en la medicina. La falta de higiene, la poca investigación (apenas se estudiaba la anatomía humana y las enfermedades) o más magia que medicina científica desembocaban en prácticas raras que hoy no podemos entender. Estas son algunas de ellas:
 
  1. Magia y medicina. Durante la prehistoria y edad de los metales se creía firmemente que las enfermedades eran un castigo divino. Se entendía que si alguien la sufría es que había hecho algo para enfadar a los dioses. Los remedios aplicados eran únicamente medicar al paciente y hacer algún que otro ritual para “apaciguar” a los dioses. Ocasionalmente se realizaban pequeñas operaciones quirúrgicas, incluyendo trepanaciones (se hacía una incisión en el cráneo del paciente para calmar algún dolor como migrañas). Por lo general cuando se producía una gran epidemia si algún miembro de la familia que la sufría sobrevivía era marginado por la comunidad. Se creía que estaba maldito.
    Curanderos. Fuente: Flikr Larry Lamsa
  2. Humores. Desde la Grecia Clásica se deja de relacionar la enfermedad con el castigo divino. Empieza a tratarse a los enfermos. En la medicina griega destacó Hipócrates y su teoría de los humores o humón. Según esta teoría el hombre se compone cuatro fluidos que coinciden con los elementos: sangre (fuego y es húmedo y cálido); la flema (agua, húmedo y frío); la bilis amarilla (aire, seco y cálido) y la bilis negra (tierra, seco y frío). Además cada uno se origina de una parte del cuerpo: sangre del corazón, flema del cerebro, bilis amarilla en el hígado y bilis negra en las deposiciones (cuando las heces se vuelven negras). Todos estos humores deben estar en perfecta armonía. Que un humor esté más alto que otro era síntoma de enfermedad. Para volver a nivelar los humores se solía aplicar una dieta (se creía que el consumo de determinados productos ayudaban a subir o bajar los humores).
    Página de un libro medieval sobre anatomía humana. En él se explica donde se encuentra cada uno de los humores del cuerpo
  3. Sangrías. Era otro método que se consideraba útil para controlar los humores. Consistía en hacer cortes en una vena del paciente para hacerle sangrar. También era común el uso de sanguijuelas. Era una práctica muy peligrosa pero que se creía muy efectiva para curar algunas dolencias (algo que no parecía corresponderse con la realidad). Lo más impresionante es que se tiene constancia de que se aplicó desde la antigüedad y que perduró hasta el siglo XIX. Muchos de los pacientes acababan muriendo desangrados.
    Hasta el siglo XIX se practicaron sangrías
  4. Astrología médica. También desde la Grecia Clásica se creía que la astrología jugaba un papel importante en nuestra salud. Así se llevaban por los astros y la luna, algo que continuó durante la Edad Media. Esto se debe a que también consideraban que los cuatro elementos (que se relacionaban con los humores como vimos antes) debían estar en armonía antes de hacer cualquier intervención médica. Así dependerá de la hora del día y de nuestro signo del zodiaco si podíamos ser medicados u operados o no.
    Texto astrológico medieval donde se ilustran los efectos de varias estrellas y constelaciones
  5. Los hospitales eran para morir. A partir de la Edad Media lo más común era que las personas pudientes fallecieran en su propia casa y que pagaran un médico privado. Solo los más humildes solían acabar en los hospitales, que estaban en las principales ciudades. Por lo general los hospitales se financiaban gracias a lo recaudado en la caridad y eran gestionados por alguna orden monástica (sobre todo por monjas). Las condiciones de estos hospitales era insalubre hasta bien entrado el siglo XIX. La falta de higiene favorecía la propagación de enfermedades en el edificio. Hasta el siglo XIX apenas existían tratamientos para curar determinadas enfermedades comunes hoy en día. Además la anestesia (para hacer más llevadero el dolor) tampoco estaba muy desarrollada. Así los hospitales estaban más dedicado a ayudar al paciente antes de que le llegara la muerte.
    En los hospitales medievales se compartían las camas y la atención era precaria
  6. Barberos y medicina. Hasta el siglo XVIII hubo muy pocos cirujanos profesionales. Por lo general los encargados de hacer las operaciones eran los barberos, personas que tenían práctica con la cuchilla. Ningún médico solía ser cirujano porque hasta el siglo XVIII se creía impuro tocar la sangre (barberos, carniceros, etc., eran marginados). Aprendían a utilizar las herramientas quirúrgicas aunque es obvio que tenían conocimientos limitados en comparación con los cirujanos actuales. Algunos adquirían una gran habilidad gracias a su experiencia con los años, la mayoría de los pacientes que pasaban por una operación solían morir a causa de las infecciones. El alto índice de muertes por infecciones era porque no se sabía qué existían los gérmenes.
    Los barberos también se encargaban de operar, sacar muelas, etc.
  7. Métodos para curar la epilepsia. La epilepsia es una enfermedad de la que incluso hoy en día se sigue investigando. Desde la antigüedad se consideró que era a causa de la posesión del individuo por un ser maligno (no es solo cosa del cristianismo). Estas personas, por miedo, solían ser marginadas. Uno de los métodos más comunes para tratar su problema (aunque sin ningún efecto) era hacer una trepanación en el cráneo. De esta forma se creía que salían los malos espíritus de su cabeza. Este tratamiento solía ser fatal, puesto que se dejaba el cerebro expuesto a los gérmenes (sin ellos saberlo), por lo que lo más posible era que el paciente muriera tras la operación.
    Las trepanaciones se han realizado desde la prehistoria
  8. Plomo en los medicamentos. Aunque desde la antigüedad algunos médicos habían escrito sobre los peligros del plomo, hasta bien entrado el siglo XX muchos médicos lo incluían en sus medicamentos. Aunque una pequeña ingesta de plomo no tiene por qué ser letal siempre existe un riesgo muy alto a morir. Sobre todo cuando se sigue tomando durante un tiempo. Muchos expertos creen que la muerte de Beethoven pudo ser consecuencia de un consumo excesivo de plomo (según las prueba a un mechón de pelo del compositor). Aunque no es determinante, como mínimo se cree que le afectó en su depresión. A otros medicamentos se le incluían ingredientes muy raros, como el polvo de momia.
    Antiguamente en las boticas se fabricaban medicamentos que contenían plomo
  9. Higiene en la medicina. Aunque resulte curioso no va a ser hasta el siglo XIX cuando se descubra que la falta de higiene y la existencia de los gérmenes era la causa de la mayoría de muertes tras una operación. Hasta ese momento se veía normal operar sin lavarse las manos y sin esterilizar los instrumentos quirúrjicos. El descubrimiento viene de manos de Ignác Semmelweis, quien en 1818 observó que el índice de mortalidad de mujeres en los paritorios era mayor cuando no se tomaban medidas higiénicas. Su trabajo fue rechazado por la comunidad médica y su hipótesis olvidada. A finales de ese siglo la teoría se rescata gracias a los trabajos de Pasteur, Koch y Lister, que confirman la existencia de los gérmenes. A partir de ese momento la higiene es clave en la medicina.
    Ignác Semmelweis se dio cuenta que los gérmenes mataban a muchas mujeres en el parto
  10. Medicina diferente. Durante la antigüedad y hasta el siglo XX muchos territorios contaban con su propia medicina tradicional. De esta forma la teoría hipocrática sobre los humores no era universal. En China, por poner un ejemplo, se empleaban otras técnicas como es la de la acupuntura. Su medicina tradicional se basa en el concepto del chi (energía vital), que permite lograr el equilibrio mental y físico necesario para una buena salud controlado el Yin (energía negativa) y el Yang (energía positiva). Esta medicina está de moda hoy en día en occidente.
    Puntos de acupuntura china
Para saber más:
  • Gargantilla Madera, Pedro Breve historia de la medicina. Del chamán a la gripe A. Madrid: Nowtilus, 2011
  • Landivar Heredia, Jacinto; Landivar Encalada, María Eulalia; Prieto Cárdenas Margarita Historia de la medicina. Cuenca: Universidad de Cuenca, 2004