FRANCIA, donde la clase obrera y su dignidad no se rinden
Francia vive la octava jornada del paro nacional convocado por sindicatos y organizaciones sociales y políticas en rechazo a la reforma de la jubilación, presentada la víspera por el primer ministro, Edouard Philippe.
De acuerdo con los opositores a la iniciativa, este jueves las protestas serán a nivel local, mientras el 17 de diciembre tendría lugar la tercera gran movilización en las calles del país, tras las realizadas el 5 y el 10, cuando cientos de miles de personas exigieron la anulación del proyecto.
El sector del transporte sigue como el más afectado por la huelga, y esta mañana los embotellamientos se extendían en París a más de 400 kilómetros, mientras los trenes internacionales, entre ciudades y regionales circulaban con un servicio mínimo.
La inmensa mayoría de las líneas de metro parisinas, 10 de 16, continuaban totalmente cerradas y el tráfico de buses y tranvías reducido a la mitad, generando aglomeraciones en las paradas.
Philippe anunció ayer los detalles de la reforma, consistente en un sistema universal por puntos que sustituiría los 42 regímenes de pensiones existentes y una edad de retiro mantenida en los 62 años, pero con estímulos en bonos y descuentos para que las personas trabajen hasta los 64.
Según el primer ministro, el plan no incluiría a los franceses nacidos antes de 1975, con la generación de 2004, que tendrá 18 años en 2022, como la primera integrada al polémico sistema universal.
El discurso de que los cambios significan justicia social y equilibrio encuentra un fuerte rechazo en la sociedad, bajo el argumento de que habrá que trabajar más por menos retiro.
El vocero de la Unión de la Confederación General del Trabajo de Francia, Laurent Brun, advirtió que seguirán en las calles y no levantarán la huelga hasta tanto la administración del presidente Macron no rectifique su parecer.
“No habrá vacaciones de Navidad a menos que el Gobierno vuelva a sus sentidos”, apuntó el representante de la Unión francesa.
El escenario social en Francia es cada vez más tenso, el gobierno insiste en su voluntad de diálogo, pero descarta por el momento dar marcha atrás en su reforma, una de las promesas de campaña del presidente Emmanuel Macron, mientras los sindicatos afirman que están dispuestos a mantener el paro, incluso durante las fiestas de fin de año, hasta que el plan sea retirado.
(Con información de PL y TeleSUR)
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