dimanche 15 octobre 2017

Ástor García: «Octubre es impulso, no recuerdo. La prueba de que vamos a volver a ganar»

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Ástor García, SG del PCPE. Madrid, 7 de octubre de 2017.
Texto íntegro del discurso de Ástor García, Secretario General del PCPE, en el acto de conmemoración del 100º aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre, celebrado en Madrid, el 7 de octubre de 2017.
Estimados compañeros, estimadas compañeras, camaradas
Un saludo y un agradecimiento profundo a los camaradas y amigos que os habéis desplazado desde otros territorios para estar hoy aquí. 
También, cómo no, un reconocimiento y agradecimiento a los y las camaradas de Madrid que habéis puesto vuestro tiempo y vuestro esfuerzo en la organización del acto. 
Y también un enorme agradecimiento a los artistas que nos acompañan, que han puesto su música y su tiempo a disposición de todos los presentes. Muchas gracias. 
Hoy conmemoramos el 100 Aniversario de un hecho histórico fundamental. A lo largo del día, y en los actos que ya se han celebrado y celebrarán en diferentes localidades, hacemos mucho hincapié en la importancia histórica de la Gran Revolución Socialista de Octubre.
No es exageración decir que esa revolución, dirigida y organizada por los bolcheviques, abrió un nuevo período en la Historia de la Humanidad. No fue sólo la primera revolución proletaria triunfante y duradera, sino que su ejemplo inspiró e impulsó a millones de trabajadores y trabajadoras en su lucha por una sociedad mejor, por una sociedad sin explotación, por una sociedad socialista.
Tampoco es exageración decir que nosotros y nosotras somos los hijos de Octubre. Somos hijos e hijas de Octubre porque aspiramos a los mismos objetivos que aquellos obreros y soldados que, tras los disparos del Aurora, se lanzaron a conquistar un mundo nuevo. 
Somos hijos e hijas de Octubre porque sabemos, además que sólo la vía revolucionaria garantiza una victoria. No será mediante los parlamentos, ni mediante las elecciones, ni participando en gobiernos burgueses como haremos de España una República Socialista. Nuestros enemigos no van a convencerse de nuestras ideas y nuestros objetivos, no van a cedernos pacíficamente el poder, usarán contra nosotros las armas que les dan sus leyes, sus tribunales y sus policías. 
Pero nosotros, haciendo honor a nuestra herencia de Octubre, aprendiendo de las lecciones de Octubre, tomando las medidas necesarias en lo ideológico, en lo político y en lo organizativo, tendremos con nosotros al mayor ejército que ha conocido este país, a los millones de trabajadores y trabajadoras que cada día hacen funcionar todos los engranajes de la economía y la sociedad. 
Esa es nuestra aspiración, que el poder lo tenga quien todo lo produce. Que éste sea un país para la clase obrera.
Este acto, y todos nuestros actos sobre Octubre, son actos de reivindicación, no de nostalgia. Conmemoramos Octubre para decir alto y claro que vendrán más revoluciones, que los trabajadores y trabajadoras del mundo entero todavía no hemos dicho la última palabra. 
Conmemoramos Octubre para decir abiertamente que no nos han derrotado, que seguimos estando muy vivos, y que estamos dando los pasos para que la clase obrera protagonice nuevamente su Historia, que estamos organizando un Partido Comunista que quiere, sin duda alguna, terminar con el dominio burgués, destruir este Estado y construir el socialismo.
Hay quien prefiere refugiarse en la nostalgia. Allá cada cual. Para nosotros y nosotras, Octubre es impulso, no recuerdo. Es la prueba fehaciente de que podemos ganar, de que vamos a volver a ganar. 
Quien afronte este aniversario sólo desde el recuerdo de lo que fuimos es alguien que renuncia a la victoria. Y a quien no sepa extraer de Octubre las lecciones necesarias para organizar nuevamente la victoria obrera, a quien no sea capaz de dar los pasos necesarios para salir de la comodidad de la nostalgia, sólo le pedimos que no moleste, que no entorpezca con su actitud los importantes y firmes pasos que hay que dar. Que no nos entretenga, porque no tenemos tiempo que perder, ¡porque nosotros sí queremos hacer la revolución, no jugar a ser revolucionarios!
Una de las principales lecciones de Octubre es que el partido de la clase obrera debe estar preparado para luchar en todas las condiciones. Que debemos tener la capacidad política, ideológica y organizativa para saber responder, en cada momento, a las exigencias de la lucha de clases. 
Y para ello vamos a un Congreso en pocas semanas, para afinar nuestra organización, para trazar los pasos que nos lleven a tener de verdad ese Partido Comunista capaz de hacer frente a todos los retos contemporáneos que enfrenta nuestra clase. 
Fogueándonos en la lucha diaria de nuestra clase es como podemos ser una mejor herramienta para la Revolución. Interviniendo a diario en los cientos de luchas obreras que se producen en el país es como se desarrolla el partido de la clase obrera. No basta con proclamarlo, hay que hacerlo.
Es nuestra responsabilidad poner los medios necesarios para que el Partido Comunista sea el portavoz de la clase obrera. Estamos en ese camino y no vamos a retroceder ni un paso. 
Vivimos tiempos convulsos, el panorama político está moviéndose aceleradamente y nosotros tenemos una gran responsabilidad, la responsabilidad que los partidos comunistas, independientemente de su tamaño, o de su fuerza numérica en un momento concreto, jamás deben abandonar: debemos sostener una posición clasista, una posición que exprese los intereses objetivos de la clase obrera, que los coloque en primer lugar y no detrás de los intereses de otras capas sociales. 
Esta misión nuestra no es fácil, y a menudo nos ha generado ataques y alguna que otra incomprensión.  Por defender la unidad de la clase obrera nos han llamado españolistas. Por defender que la autodeterminación es un derecho inalienable de los pueblos, nos han llamado independentistas. Alguno ha tenido el valor de acusarnos de obreristas, otros incluso nos han llamado luxemburguistas. 
¡Qué mal han digerido a Lenin muchos supuestos revolucionarios! ¡Qué floja y qué barata es su interpretación de las enseñanzas de Octubre y de la construcción socialista! 
Hay sectores que pretenden que el partido de la clase obrera se coloque detrás de ellos. Pretenden que los comunistas tengamos una posición subordinada. Y piensan que tienen razón, creen que están legitimados para ello porque las organizaciones comunistas de España renunciaron hace tiempo a plantear una posición política independiente. Porque en el fondo, o en la forma, perdieron el hilo rojo que nos une con los bolcheviques, interiorizaron la propaganda del enemigo de clase y se conformaron con ser meras comparsas de las posiciones de la pequeña burguesía radicalizada.
Pero nosotros no. Nosotros, que sí hemos aprendido de nuestra historia, nos negamos a abandonar nuestras banderas. Levantamos con orgullo la bandera roja, recuperamos el papel que algunos partidos comunistas nunca debieron abandonar, y explicamos pacientemente que se puede salir de los falsos dilemas y que se puede conquistar la verdadera independencia de clase. 
Camaradas, lo que está pasando en Cataluña es muy grave y preocupante. Es una expresión muy clara del proceso de recomposición del aparato estatal burgués y es nuestro deber decirle a los trabajadores y trabajadoras que nos están conduciendo hacia una reformulación de los mecanismos dirigidos a mantener y perpetuar la explotación de clase.
La burguesía es plenamente consciente de las grietas que tiene su edificio. Saben que se les puede caer encima porque tiene unos cimientos muy poco sólidos. Por eso ahora se habla de volver a pintar la fachada. De hacer obras en el ascensor y las escaleras. Y mientras la comunidad de vecinos  discute sobre si pintar de amarillo o de azul el portal, sobre poner unas ventanas más modernas o no, nosotros seguimos hablando de los cimientos, seguimos diciendo que una sociedad basada en la explotación está condenada a venirse abajo. Y seremos nosotros, los ocmunistas, quienes la derribemos.
Cuando algunos hablan del régimen del 78 y su crisis, aciertan sólo en parte. Pero se equivocan, por ejemplo, al señalar que el proceso que vive Cataluña es causa de esa crisis política. No camaradas,  es al revés: la situación en Cataluña es consecuencia, y no causa, del agotamiento del modelo impuesto tras la dictadura franquista. 
Lo que está ocurriendo en Cataluña hoy marcará el fin de una etapa. Estamos viendo cómo el Estado mide cuál va a ser el grado de manipulación ideológica y de represión necesario para intentar que la reformulación del modelo de dominación cuente con los mayores consensos posibles. 
Por eso están exacerbando el nacionalismo, por eso están dividiendo a la mayoría obrera y popular, por eso están buscando el enfrentamiento sobre claves nacionales. Nuestro deber es confrontar con la política nacionalista que hoy impera, que rápidamente puede derivar en fascismo. Debemos esforzarnos a fondo para impedir que el nacionalismo penetre aún más en nuestra clase, porque condena a nuestra clase a la división y a la derrota. 
En estos momentos estamos asistiendo a un fenómeno interesante. Los grandes monopolios con sede en Cataluña amenazan con irse. El gobierno, una vez más, demuestra a quién sirve cuando, de forma exprés, aprueba un real decreto para facilitar el cumplimiento de esa amenaza empresarial. 
¿A quién va dirigida esa amenaza? ¿A los trabajadores y trabajadoras de Cataluña? ¿A los explotados acá y allá del Ebro? No camaradas, a nosotros nos da igual dónde esté la sede del Sabadell, de la Caixa o de Gas Natural. Seguirán explotando y robando al pueblo trabajador igual que hasta ahora. 
La amenaza va dirigida a los dirigentes del proceso catalán. A esa pequeña burguesía que quiere un mejor trato en el reparto del fruto de la explotación y que, le guste más o le guste menos, depende de los grandes monopolios. 
No tardará en haber voces que digan que esa fuga de empresas es un signo del supuesto carácter antimonopolista y anticapitalista del proceso catalán. Y a ellos les contestaremos que a nosotros nos da igual la sede, porque esas empresas lo que tienen es que dejar de estar en manos privadas ¡porque cuando los expropiemos nos dará igual enviar el decreto a Barcelona que a Madrid! 
Hemos dicho repetidamente que, bajo el capitalismo, no se ejercerá el derecho de autodeterminación, que sólo cabrá el verdadero ejercicio de la autodeterminación, en Cataluña y en el resto de pueblos de España, en el marco de un proceso revolucionario a nivel estatal, un proceso revolucionario que termine con el poder de los monopolios y sus gobiernos y abra la vía, igual que hizo en 1917 la Declaración de los derechos para los Pueblos de Rusia, a la solución de la cuestión nacional en España. Ese es nuestro compromiso, camaradas.
Octubre, por otra parte, no es sólo el aniversario de la revolución bolchevique. También se conmemora la Revolución del 34 en Asturias, que fue hija directa de la Gran Revolución Socialista de Octubre. De la experiencia del 34 también sacamos valiosas lecciones.
Aprendimos la importancia de la unidad obrera. Aprendimos también cuáles son los  márgenes de la democracia burguesa, y la represión que es capaz de ejercer contra la clase obrera incluso la forma más avanzada y progresista de dominio burgués. Aprendimos también que un proceso revolucionario, para triunfar, necesita extenderse por todo el país.
No olvidamos tampoco a los heroicos guerrilleros de la UNE, que en octubre del 44 quisieron acabar con el fascismo entrando por el Valle de Arán.
También somos hijos e hijas de aquellos mineros en armas, de aquellos guerrilleros, de aquella clase obrera que se lanzó a conquistar una sociedad nueva. Nuestro homenaje y nuestro recuerdo para ellos, con el compromiso firme de continuar su lucha, de no rendirnos jamás. 
En estos meses se cumplen otros aniversarios importantes. Un 7 de octubre se fundó la RDA, ejemplo de democracia popular que fue fruto del glorioso papel del Ejército Rojo en la liberación de Europa del nazi-fascismo. ¡Nunca agradeceremos lo suficiente al Ejército Rojo y a la URSS haber derrotado a la bestia nazi-fascista! 
No podemos olvidar la creación de la Federación Sindical Mundial, de la Federación Democrática Internacional de Mujeres, de la Federación Mundial de la Juventud Democrática o del Consejo Mundial de la Paz. 
Todas ellas herramientas de coordinación internacional impulsadas por el movimiento comunista internacional, todas ellas encaminadas a la lucha contra el imperialismo. Porque, camaradas, gracias a Octubre la lucha contra el imperialismo dio pasos de gigante. Gracias a la existencia del poder obrero, la lucha contra las potencias imperialistas pasó a una nueva fase. Las antiguas colonias tuvieron un firme aliado en su lucha contra las potencias coloniales, el imperialismo norteamericano sufrió graves derrotas en Vietnam y en Cuba, se desarrollaron nuevas relaciones entre países basadas en la ayuda mutua y no en el saqueo y la dominación. Y hoy, en cambio, nos enfrentamos al peligro constante de guerra fruto de las pugnas entre potencias imperialistas. 
Tenemos muy presente hoy también la figura del Che Guevara, de cuyo asesinato se cumplirán el lunes 50 años. Un ejemplo para todos nosotros de internacionalismo, de coherencia y de dedicación a la Revolución. Un ejemplo de quien llegó a dar la vida en la lucha por la liberación de un pueblo que no era el suyo, pero que sentía como suyo porque en cada lucha de liberación que triunfa, aunque sea en el lugar más recóndito y pequeño del planeta, se libera un poco toda la Humanidad. 
Con Fidel decimos que cuando nosotros recordamos al Che, cuando nosotros pensamos en el Che, no estamos pensando fundamentalmente en sus virtudes militares. ¡No! La guerra es un medio y no un fin, la guerra es un instrumento de los revolucionarios. ¡Lo importante es la revolución, lo importante es la causa revolucionaria, las ideas revolucionarias, los objetivos revolucionarios, los sentimientos revolucionarios, las virtudes revolucionarias! 
Camaradas, no olvidemos, ante las dificultades de nuestra lucha diaria, que vivimos en la época de transición del capitalismo al socialismo. No dejemos que la victoria temporal de la contrarrevolución en la Unión Soviética y otros países socialistas nos desmoralice y nos aleje de nuestros objetivos. 
Aprendamos de la experiencia de Octubre, pongamos en práctica lo aprendido, preparémonos para la Revolución, organicémonos mejor para que nuestra revolución triunfe, para que, en poco tiempo, podamos repetir estas palabras de Lenin.
¿Por qué es tan firme y tan sólido el poder soviético a pesar de las pruebas increíbles, del hambre espantosa y de las dificultades causadas por la guerra y el desbarajuste de la economía?
Porque es el poder de los propios trabajadores, de los millones de obreros y campesinos.
El poder soviético ha derrocado a los terratenientes y a los capitalistas, y defiende con firmeza al pueblo contra los intentos de restauración de su poder.
El poder soviético cierra todas las puertas a los kulaks, a los ricachos, a los propietarios, a los especuladores, a todos los que quieren enriquecerse sin trabajar, a todos los que medran a expensas de la miseria y el hambre del pueblo.
El poder soviético está con los trabajadores y contra los especuladores, los propietarios, los capitalistas y los terratenientes.
Esa es la fuente de la fuerza, la estabilidad y la invencibilidad del poder soviético en todo el mundo.
Camaradas, hagamos que el poder soviético, el poder obrero, sea una realidad, camaradas. Hagámoslo ya.
VIVA EL 100 ANIVERSARIO DE LA GRAN REVOLUCIÓN SOCIALISTA DE OCTUBRE
VIVAN LOS COLECTIVOS DE JÓVENES COMUNISTAS. 
VIVA EL PARTIDO COMUNISTA DE LOS PUEBLOS DE ESPAÑA

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