mardi 19 septembre 2017

La razón por la que Rusia (y no China) es el blanco de la ira de EE.UU.

Publicado: 19 sep 2017 15:54 GMT
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Si China hubiera apoyado "los esfuerzos desesperados de Siria" por derrotar a los terroristas y "mantener a Assad", Washington habría señalado a Pekín.
La razón por la que Rusia (y no China) es el blanco de la ira de EE.UU.
Un convoy de vehículos blindados de EE.UU. cerca de la aldea de Yalanli, en las afueras de la ciudad siria de Manbij, el 5 de marzo de 2017.
Delil Souleiman / AFP
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La "difamación estadounidense" sobre Rusia comenzó "en serio" poco después de que Moscú empezara su ofensiva militar contra las fuerzas del grupor terrorista Estado Islámico en Siria, sostiene en un artículo para RT el escritor y periodista estadounidense Robert Bridge, quien analiza las razónes por las que los rusos y no países como China se han convertido en "el blanco de la ira de Washington".
"Sin ningún motivo", el año pasado Rusia fue acusada de interferir en las elecciones presidenciales de EE.UU. para ayudar a que Donald Trump derrotara a Hillary Clinton, aunque otros países —"China, en particular"— también podrían haber sido "arrastrados por el fango" y "difamados sin ninguna prueba", opina este analista, quien considera que 'hackear' las computadoras del Comité Nacional Demócrata (DNC, por sus siglas en inglés) "habría sido un paseo por el parque" para Pekín.

Pregunta clave y respuesta "obvia"

Sin embargo, los funcionarios de Washington se empeñaron en declarar que "están seguros de que el Gobierno ruso dirigió" los 'hackeos' pero, cuando hablamos de las relaciones entre dos de las principales potencias nucleares del mundo, "hay que presentar pruebas físicas", algo que Washington "aún no ha hecho".
¿Por qué? Para Bridge, la razón "es obvia": el "clamoroso éxito" de acción de Rusia en Siria, donde EE.UU. llevaba a cabo otra de sus "operaciones de cambio de régimen": esta vez, contra el presidente sirio, Bashar al Assad. Así, a medida que los militares de Rusia "liberaban de manera efectiva" baluartes terroristas como Alepo, la crítica estadounidense contra sus esfuerzos rusos "rara vez cesaba".

De este modo, parece que el origen del problema es que EE.UU. quiere eliminar a un líder electo para "crear un vacío de poder" —que, "con toda probabilidad, se llenará con alternativas mucho peores, incluso terroristas", como sucedió en Libia e Irak— mientras que "Rusia se opone firmemente a esa injerencia en los asuntos de otro Estado soberano extranjero".

"Un chivo expiatorio conveniente"


A medida que la situación "se calentaba" en Siria, sucedía lo mismo con la campaña electoral de EE.UU. y, cuando resultó "dolorosamente evidente" para el complejo militar e industrial de ese país que Clinton no iba a triunfar, resultó necesario encontrar "un chivo expiatorio conveniente" para acallar esa "colosal derrota", opina Robert Bridge.
Aunque bien podría haber sido China, "una facción del Gobierno estadounidense", el llamado 'Estado profundo', "señaló con su pesado dedo acusador" a Rusia, "el único país que se atrevió a desafiar la tradición estadounidense de cambio de régimen en Siria".
En definitiva, si China hubiera apoyado "los esfuerzos desesperados de Siria" por derrotar a los terroristas y "mantener a Assad" frente a "los fanáticos del cambio de régimen", Washington habría designado a otro cuco: Pekín.

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