dimanche 22 octobre 2017

SIRIA

La victoria de la vida contra la muerte

El optimismo de un joven sirio tiene mucho de sus años en Cuba. Bohemia, en exclusiva, lo entrevistó, acercándose a la realidad de su país en su lucha contra el terror
 
Fady Marouf ama entrañablemente a su ciudad sin dejar de recordar a Cuba. (CORTESÍA DEL ENTREVISTADO)
Fady Marouf ama entrañablemente a su ciudad sin dejar de recordar a Cuba. (CORTESÍA DEL ENTREVISTADO)
Por MARÍA VICTORIA VALDÉS RODDA de la Revista Bohemia, www.bohemia.cu


Median 10 868 kilómetros entre Siria y Cuba, sin embargo para el periodista sirio Fady Marouf, de 39 años de edad, graduado de Literatura Española en la Universidad Central de las Villas, en 2003, esa distancia no le ha impedido sentirse comprometido con nuestra Isla, actualmente desde su condición de trabajador de la Embajada de Cuba en Damasco. De acá se llevó consigo nuestra persistencia y voluntad. En ese sentido experimentó, como un cubano más, las marchas por el retorno del niño Elián González, y tanto caló en él este ejemplo de amor que, muchos años después, al nacer el menor de sus hijos, decidió nombrarlo de igual manera en homenaje a esa épica página nacional.
Al conocer sobre la singularidad de esta “pequeña” historia decidí contactarlo por las redes sociales para retribuir su solidaridad ahora en momentos en que su país sufre la destrucción y la muerte a consecuencia del terrorismo. Otra razón de peso es la consideración de que al divulgar cómo afecta la guerra la vida de hombres y mujeres, serviría para apoyar la conciencia planetaria a favor de la paz.
Fady Marouf respondió con rapidez el cuestionario de BOHEMIA.
BH: ¿Cómo es la vida diaria en la ciudad en que vives, Damasco? ¿Qué es lo habitual, cómo se desenvuelve?
la guerra en Siria es una historia de la vida contra la muerte
FM: Yo diría que la guerra en Siria es una historia de la vida contra la muerte; hoy en día, más del 85 por ciento de la población vive en las zonas controladas por el ejército sirio, que garantiza una existencia normal y sana. Damasco por su parte da un ejemplo al mundo de cómo un pueblo desafía al terrorismo y a la muerte… En los momentos más difíciles de la guerra, la capital estaba rodeada por terroristas de todas partes, sin embargo, nunca la vida se detuvo; hoy sus calles y lugares palpitan; cualquiera que visite la ciudad se sorprende ante el movimiento del tráfico y de los mercados llenos de productos y de gente. Aquí nunca hemos parado, y ahora la situación es mucho mejor que hace unos años, por lo cual tenemos la sensación de que la seguridad se refuerza día tras día.
BH: ¿Cómo se protege la ciudad, quienes la cuidan?
FM: En Siria, se creó un cuerpo popular que se llama la Fuerza Popular de Defensa, cuya misión es apoyar al ejército en sus tareas y misiones de combatir el terrorismo, preservar la seguridad y la paz. Este cuerpo lo conforman jóvenes voluntarios y exmilitares. Actualmente, ellos se encargan de conservar la paz y por velar el cumplimiento de la ley y el orden en las zonas que libera el Ejército sirio. Existen también las Brigadas Baath, conformadas por militantes del Partido Baath -en el Gobierno- y su misión es proteger las instituciones del Estado de los atentados terroristas que podrían ocurrir.
La 17ª División del Ejército sirio rompió, el 18 de septiembre, el cerco terrorista en torno a Deir ezzor, la ciudad más grande en la parte oriental del país. (WWW.RESUMENMEDIOORIENTE.ORG)
La 17ª División del Ejército sirio rompió, el 18 de septiembre, el cerco terrorista en torno a Deir ezzor, la ciudad más grande en la parte oriental del país. (WWW.RESUMENMEDIOORIENTE.ORG)
BH: ¿Cómo se puede vivir en un ambiente de inseguridad a partir de la posibilidad real de atentados?
FM: Los años 2012 y 2013 fueron los peores en cuanto a los atentados terroristas; decenas de coches bombas, en su mayoría conducidos por suicidas, explotaron frente a las instituciones estatales, los ministerios y los cuarteles de seguridad y hasta en los mercados populares; cuyo fin fue de provocar el mayor número de víctimas civiles. Yo personalmente resulté herido por uno frente a mi casa; en este atentado murieron seis civiles de mi cuadra y mi casa quedó casi destruida, pero en menos de un año, ya el lugar de la explosión ha sido reparado y la vida y normalidad han vuelto ahí más que antes. Hoy en día, se ha reducido mucho el número de atentados gracias a las medidas de seguridad y a los puestos de control en las entradas de Damasco.
BH: ¿Cómo funcionan los servicios básicos de la ciudad?
FM: Las sanciones económicas por parte de Occidente y los actos de sabotaje de los terroristas han afectado toda la infraestructura. El Gobierno trabaja sin descanso para garantizar los servicios de electricidad, agua potable y telefonía. Por ejemplo, los apagones en la capital llegaban a 17 horas por día cuando los terroristas atacaban las centrales eléctricas y las plantas de gas; gracias a las recientes victorias del ejército sirio y la liberación de los pozos de petróleo y gas, las horas de apagón se han reducido a seis por día. En Damasco, más de medio millón de empleados se dirigen diariamente a sus centros de trabajo y más de dos millones de alumnos y estudiantes de las diferentes etapas escolares y universitarias van a sus escuelas y universidad.
BH: ¿Cómo viven los jóvenes de Damasco esta situación de guerra?
FM: Creo que la juventud en Siria vive una actualidad difícil ya que antes del 2011 nunca esperaban un futuro de guerra. Muchos jóvenes se afiliaron al ejército y otros tuvieron que hacer el Servicio Militar; otros optaron por trabajar en el exterior. Aunque me consta que la resistencia nacional se debe a su juventud; hoy los jóvenes trabajan por su país cada uno desde su posición: el joven militar defiende con el arma, el universitario con la ciencia y el voluntario con su trabajo en la sociedad.
BH: ¿Cómo valoran en Siria, en general, y en Damasco en particular, la amenaza de un ataque de parte de Israel y Estados Unidos?
 Estados Unidos e Israel fueron derrotados en Siria al igual que sus terroristas
FM: Debo resaltar ante todo que Estados Unidos e Israel fueron derrotados en Siria al igual que sus terroristas, patrocinados y ayudados con armas y dinero. Sabemos que ambos nos bombardeaban cada vez que los terroristas eran derrotados a manos del ejército sirio. Incluso los propios funcionarios estadounidenses admitieron recientemente que su país envió armas a estos terroristas Por su parte, Israel ofrece tratamiento en sus hospitales a los terroristas heridos en los combates en Siria, además de ofrecer apoyo logístico a los extremistas.
BH: ¿Cómo ven los sirios el futuro?
A pesar de los embates de la guerra, la Feria de Damasco de este año fue todo un éxito. (quepasa.com.ve)
A pesar de los embates de la guerra, la Feria de Damasco de este año fue todo un éxito. (quepasa.com.ve)
FM: En determinados momentos de la guerra, muchos sirios sintieron que estaban solos en medio de tantas presiones políticas, diplomáticas, sociales y económicas. No obstante, siempre he dicho saldremos victoriosos mientras tengamos amigos verdaderos: Rusia, China, Irán, Cuba… Quiero destacar aquí, que cuando Damasco estaba rodeada de terroristas, bajo amenaza de ser bombardeada por Estados Unidos, la misión diplomática cubana y la oficina de Prensa Latina en Damasco nunca nos abandonaron, manteniéndose firmes. Eso nos dio coraje y ánimo para seguir hacia adelante y resistir. Respecto al futuro de Siria, sabemos que la reconstrucción y la recuperación durarán años, pero también estamos convencidos que Siria no solo lucha por su futuro, sino que ha cambiado al mundo; siendo este hoy multipolar. Si Siria hubiera caído, “el efecto de dominó” pudiera haber llegado a todos los países que dicen No al imperio como Cuba, Irán, Venezuela…
BH: ¿Cómo ven los sirios a Cuba, qué saben de ella?
FM: Ustedes no se imaginan el cariño y el respeto que guardan los sirios por Cuba y su Revolución. A cualquier sirio que le diga que es de Cuba, se inclinará en señal de respeto y admiración. Tuve el honor de acompañar al Embajador de Cuba en Damasco, Rogerio Santana, durante la semana en que estuvo abierto el Libro de Condolencias por la desaparición física de Fidel; las máximas autoridades sirias acudieron para expresar sus condolencias y asegurar que Cuba está en el corazón y en la mente del pueblo sirio, y que los principios de la Revolución Cubana van a seguir siendo faro que ilumina el camino de los luchadores por un mundo mejor y más justo.
BH: ¿Desea expresar algún mensaje a nuestros lectores?
FM: Leía BOHEMIA cuando estudiaba en Cuba, de 1996 a 2003. Para mí, la revista trata temas diversos e interesantes. Esta misma entrevista, indica que es un medio alternativo de difusión de la verdad, de lo que sucede en el mundo entero. Quiero pedirles a los lectores y al pueblo en general que se mantengan inmunes ante las mentiras de la prensa occidental, que conserven a su Revolución y a sus nobles valores. Desde Damasco un saludo a Cuba.

vendredi 20 octobre 2017


ELEANOR, HIJA DE KARL MARX


De una vez por todas, me gustaría presentar mi punto de vista con claridad, y creo que hablo por muchas mujeres. Como mujeres, ciertamente tenemos una viva preocupación por ganar para las mujeres los mismos derechos que los hombres, incluidos los hombres trabajadores, ya poseen hoy. Pero creemos que esta "cuestión de las mujeres" es un componente esencial en la cuestión general de la emancipación del trabajo.
No hay duda de que hay una cuestión de las mujeres. Pero para nosotras, que ganamos el derecho de ser contadas entre la clase trabajadora, ya sea por nacimiento o por nuestro trabajo por la causa de los trabajadores, este asunto pertenece al movimiento obrero en general. Podemos comprender, simpatizar y también ayudar, si es necesario, cuando las mujeres de clase alta o media luchan por derechos justificados que, de ser obtenidos, beneficiarán también a las mujeres trabajadoras. Digo, incluso podemos ayudar: ¿no nos ha enseñado el Manifiesto Comunista que es nuestro deber apoyar cualquier movimiento progresista que beneficie a la causa de los trabajadores, incluso si este movimiento no es el nuestro? Si todas las demandas planteadas por estas mujeres se hubieran conseguido hoy, nosotras, las mujeres trabajadoras, estaríamos exactamente donde estábamos antes. Las trabajadoras todavía trabajarían horas infamemente largas, por salarios infamemente bajos, en condiciones infamemente insalubres; todavía tendrían sólo la opción entre la prostitución y el hambre. Sería aún más cierto que nunca que, en la lucha de clases, las mujeres trabajadoras encontrarían a las buenas mujeres entre sus amargos enemigos; tendrían que luchar contra estas mujeres con tanta amargura como sus hermanos de la clase trabajadora deben luchar contra los capitalistas. Los hombres y las mujeres de clase media necesitan un campo "libre" para explotar el trabajo. ¿Acaso la estrella del movimiento por los derechos de las mujeres, la Sra. [Millicent] Fawcett, no se declaró expresamente en oposición a cualquier reducción legal de las horas de trabajo para las mujeres trabajadores? ...
Para nosotras existe tan poco una "cuestión de las mujeres" desde el punto de vista burgués como una cuestión de los hombres. Donde las mujeres burguesas exigen derechos que también nos ayudan, lucharemos junto con ellas, al igual que los hombres de nuestra clase no rechazaron el derecho al voto porque provenía de la clase burguesa. Nosotras tampoco rechazaremos ningún beneficio obtenido por las mujeres burguesas en su propio interés, que nos concedan voluntaria o involuntariamente. Aceptamos estos beneficios como armas, armas que nos permiten luchar mejor del lado de nuestros hermanos de la clase trabajadora. No somos mujeres en la lucha contra los hombres, sino trabajadores que luchan contra los explotadores. (Eleanor Marx-Aveling, Frauengewerkvereine in England, Arbeiterinnen-Zeitung, Wien, 1. Jg., Nr. 17, 2. September 1892)
http://www.literature.at/viewer.alo…

jeudi 19 octobre 2017

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WFDY: «Fuori reazionari e sionisti dal Festival».

La Federazione Mondiale della Gioventù Democratica (WFDY) esprime il suo disaccordo rispetto alla partecipazione di elementi reazionari al 19° Festival della Gioventù e degli Studenti. Condanna inoltre il tentativo di tali elementi di danneggiare e attaccare il programma di discussione approvato dal 3° incontro del Comitato Preparatorio Internazionale.
Tali voci non hanno spazio nelle discussioni volte a rafforzare l’unità della gioventù con idee giuste. È stato espresso in precedenza dal Comitato Organizzatore Internazionale e dalla FMGD che qualsiasi elemento reazionario, fascista o sionista non ha spazio in questo storico avvenimento che oggi compie 70 anni. Le idee di pace, di solidarietà, di amicizia, di antifascismo e di antiimperialismo sono le basi del Movimento del Festival e questi elementi reazionari si pongono sul lato opposto di tali idee. La FMGD chiama i militanti e i partecipanti del XIX Fetsival Mondiale della Gioventù e degli Studenti a partecipare al programma di discussione e a salvaguardare le idee del Movimento del Festival.
Le nostre parole rafforzeranno il sostegno del Festival alle cause dei popoli, alla liberazione della Palestina, all’autodeterminazione del Sahara occidentale, ultima colonia africana, insieme ad altre cause del mondo in cui si affrontano l’aggressività imperialista e le barbarie.
Sochi, 18 ottobre 2017 
WFDY

lundi 16 octobre 2017

LA HISTORIA ME ABSOLVERA

Por Fidel Castro

Fecha: 

00/10/1983

Fuente: 

Revista Mujeres
Las posibilidades de una revolución verdadera y la existencia de un líder capaz de conducir al pueblo a la conquista de ese objetivo, tuvieron que ser reconocidas en la acción armada del 26 de Julio de 1953 —el asalto al Cuartel Moncada en Santiago de Cuba—. Por eso sobre el Moncada se maquinó la práctica del olvido como táctica y estrategia de enemigos y presuntos amigos, cuando no fue suficiente la tergiversación de la verdad de los sucesos ni el torrente de infamias lanzadas sobre los protagonistas del asalto a la segunda fortaleza militar en importancia del país, y en particular contra el joven abogado Fidel Castro, jefe del Movimiento con el cual comenzó la última etapa de la lucha revolucionaria en Cuba, hasta el triunfo del Primero de Enero de 1959.

La Historia me Absolverá, como se conoce el ya histórico alegato de autodefensa del Moncada, improvisado por Fidel en la pequeña sala de estudios de las enfermaras en el Hospital Civil “Saturnino Lora", el 16 de octubre de 1953 (hace 30 años), sería el magistral documento {aunque de distribución clandestina un año después cuando él lo reconstruyó en la cárcel), que revelaría la verdad sobre los hechos del 26 de Julio, denunciaría los crímenes perpetrados por la tiranía, plantearía el porqué del Moncada y la proyección futura de una revolución nacional liberadora, todavía más inexcusable e impostergable luego de haberse producido el glorioso asalto, con su secuela de asesinatos ordenados por el llamado entonces gobierno de facto de Fulgencio Batista, que tanto odio azuzó contra los heroicos jóvenes de la Generación del Centenario del Apóstol José Martí, cuya memoria conculcada reivindicaron los asaltantes del Moncada y Bayamo, encabezados por Fidel Castro, quien habría de proclamar a Martí, Autor Intelectual del Asalto al Moncada, durante el memorable juicio por la Causa 37.

Si un libro histórico tiene y tendrá cada vez más trascendencia en nuestra literatura política es La Historia me Absolverá. En su edición original, una pequeña obra de 36 páginas, sin pie de imprenta, apenas sin interlíneas y sin foliar, impresa en un papel semibond de baja calidad, con portada de cromo blanco, cuyo título se imprimió en tinta roja como la sangre que derramaron los combatientes muertos en la acción, o los más, asesinados; formateada y compuesta por un simple operario de imprenta —Tomás Sotolongo— en un pequeño chinchal de impresión directa; encuadernada al abrigo de 11 noches por manos tensas, deseosas de terminar prontamente la tarea inminente encomendada a Haydeé Santamaría y a Melba Hernández, por Fidel Castro desde la prisión política de Isla de Pinos. Ya en ese momento iba primando la función necesaria de programa político y factor aglutinador que tenía el alegato del Moncada que conocemos hoy como La Historia me Absolverá porque, poco antes, por la urgencia de la denuncia, Fidel había redactado un sintético documento, también de circulación clandestina y muy escasa, que recogía en sus páginas la relación y magnitud de los crímenes de la tiranía en los días del Moncada. Era mucho más breve que La Historia me Absolverá y en su primera página tenía la efigie de José Martí y esta frase: "Para Cuba que sufre”.

Fidel había preguntado a los magistrados que lo juzgaban en la salita de las enfermeras el 16 de octubre por qué ese juicio insólito; cómo teniendo un Palacio de Justicia tan confortable habían decidido celebrar esa vista en aquel espacio tan reducido: temían a que la verdad se escuchara por muchos; él se los dijo. La conjura del silencio había comenzado con la censura de prensa el 26 de Julio. Ochenta y dos días después, el 16 de octubre, se mantenía, y seis periodistas presentes en la Sala no podríamos publicar nada de lo que escucháramos o viéramos, nuestra presencia era nula, al menos en aquel momento. Tampoco había grabadoras, ni taquígrafos, ni fotógrafos; se habían propuesto hacer olvidar lo que para la tiranía constituía una verdadera pesadilla.

Pero ocurrió de manera diferente. Cada una de las personas presentes que escucharon a Fidel tan próximo, incluyendo los guardias quienes constituían la mayoría en aquella salita, salieron de ella impresionados, convirtiéndose en los primeros propaladores de La Historia me Absolverá: por eso podíamos afirmar que la pre edición de esta obra fue oral. A pocas horas de terminarse el juicio casi todo Santiago de Cuba sabía qué había dicho Fidel Castro en la salita de las enfermeras, y en los días sucesivos en cualquier lugar de Oriente había una versión, mejor o peor contada, sobre aquel proceso.

La palabra fue llevando las primeras ideas de pueblo en pueblo, pero ello iba despertando mayor avidez por conocer los detalles, por profundizar en la razón de ese valeroso asalto, por saber la proposición de ese nuevo y heroico líder que se había revelado, destacándose entre los demás supuestos o validos dirigentes de los partidos de la oposición, que realmente dejaron de existir como partidos el mismo día 26 de Julio de 1953. El propio Raúl Castro había dicho en el juicio del Moncada, refiriéndose a la ortodoxia: "un partido que ya no existe", porque los valores habían cambiado a partir de aquel domingo de julio.

Sin embargo, transcurrirían varios meses, casi un año, para que el pueblo cubano tuviera su nueva arma de combate, la que lo prepararía para la próxima y definitiva acción: sería un arma ideológica y de propaganda. Los enemigos la temerían tanto como a una bala de fusil. Esa arma convertiría en victoria estratégica el revés táctico del 26 de Julio, era La Historia me Absolverá, donde Fidel esbozaba con criterio marxista el programa popular avanzado de su Movimiento. La concepción marxista de esa "pequeña gigante" de la literatura política estaría presente en el sentido general de la obra misma, en las tuerzas sociales cuyos intereses expresaba y en los resultados históricos que habría de desencadenar; los cuales superaron a aquellos que, de manera expresa, se leían en La Historia me Absolverá y eran los que nuestro pueblo podía comprender entonces, de ahí también el carácter marxista, en tanto dialéctico, del alegato de defensa del Moncada.

Otras cocas que diré son anécdotas, recuerdos de tres décadas. Era por la mañana del 16 de octubre de 1953. Yo había ido como de costumbre —desde el 21 de septiembre— al Palacio de Justicia para ver si convocaban alguna otra vista del juicio inconcluso —Causa 37— por los sucesos del Moncada. En esta ocasión había un papel de china escrito a máquina pegado en la puerta de la Audiencia, decía que el juicio a Fidel Castro, Abelardo Crespo y Gerardo Poli, convocado por la Sala Primera se celebraría en el Hospital Civil. Parecía una broma pero era cierto; alegaron que Abelardo Crespo —herido en combate— hospitalizado en el "Saturnino Lora", no podía ser trasladado a la Audiencia. Eso lo manifestaron de palabra.

Cerca de mí, leía el papel otro joven periodista santiaguero llamado Arístides Garzón, entonces estudiante de Derecho —ya fallecido—, a quien siempre veía en el juicio. Eran poco más de las siete de la mañana pero casi corrimos hasta el hospital. De no haber coincidido en la entrada con el “ministerio público" —el fiscal Mendieta Hechavarría— que nos identificó, no hubiéramos podido entrar porque la lista de los periodistas que había tenido vigencia durante el juicio grande en el Palacio de Justicia se había quedado en la Audiencia y en la salita del Hospital apenas cabían seis sillas más.

Por muchas medidas que se tomaron, la noticia corrió por todo Santiago en breve tiempo y dentro del “Saturnino Lora" había expectación. Casi todos los enfermos y acompañantes que pudieron, se asomaron a las puertas de las salas y al corredor de las habitaciones de pensionistas por donde debían llevar al acusado Fidel Castro. El tiempo pasó rápido, ya dentro de la estrecha salita, escuché un revuelo, hablaban afuera alto, oí pisotones, culatazos sobre el piso, voces de mujeres... Salí como otros a la puerta aún abierta de la salita de estudio de las alumnas de enfermería y supe qué había pasado: dos muchachas, una maestra y otra empleada del comercio habían querido decirle a Fidel que el pueblo de Santiago estaba con él. Ellas eran María Antonia Figueroa y Nilda Ferrer. Fue un minuto de gran tensión, podían haber sustraído a Fidel nuevamente de aquel juicio —su única tribuna—, pero el Jefe de la Revolución apretó el paso y llegó rodeado de su escolta de desaforados guardias a la entrada de la salita donde aguardaban, ya sentados, los magistrados y el Fiscal.

Las habitualmente lentas formalidades judiciales se produjeron de forma atropellada segundos después del ingreso de Fidel a la Sala, y de inmediato el Tribunal abrió la sesión:

De nuevo el examen al acusado principal, sus descargos contundentes y su interrogatorio a los testigos, incluidos el Coronel Chaviano —El chacal de Oriente—; y el Comandante Andrés Pérez Chaumont, "jefe de las operaciones fantasmas” que se desarrollaban en las mazmorras del Moncada. Una tras otra las falacias del mando militar iban siendo destruidas.

Luego fue la petición de sentencia y cargos del Fiscal, tan sintéticos que se contradecían con la importancia que él mismo le había dado al juicio. Durante su autodefensa, Fidel llamaría la atención sobre este hecho. El Tribunal no quería darle argumentos que responder al abogado Fidel Castro quien comenzó a hablar despacio, en voz baja; pero como todos estábamos tan cerca en ese recinto, tan estrecho, lo escuchábamos bien. Dijo que ojalá hubiera tenido trente a él a todo un ejército; es que en aquel momento todos los guardias estaban como absortos escuchando aquella palabra distinta, que libraba el combate de la verdad. Definitivamente el acusado se había convertido en el acusador.

Tenían que condenarlo, estaba previsto. El se adelantó al veredicto: "Condenadme, no importa, la historia me absolverá” —expresó para terminar.

Después —ya dije— reconstruiría el texto en el presidio político, y este se convertiría en esa pequeña obra gigante que todos conocemos como La Historia me Absolverá.

dimanche 15 octobre 2017

La Catalogne dans le moment populiste




Le 1er octobre 2017, en Catalogne, des masses de gens ont bravé la police afin d’aller voter, et se sont trouvés confrontés à la répression pour avoir participé à un référendum organisé par leur gouvernement, et déclaré inconstitutionnel par l’Etat espagnol. L’image de personnes pacifiques, traînées au sol et battues par la Guardia civil dans le cadre familier d’une école servant de bureau de vote a en effet de quoi choquer. Ce référendum a dès lors pris l’aspect d’un « soulèvement démocratique » au cœur de l’Europe (quoi de plus démocratique qu’un référendum ? et qu’un pays européen ?) plongeant dans l’embarras y compris ceux qui y étaient opposés, de Podemos aux instances de l’Union européenne. On peut facilement condamner des politiciens ou des partis extrémistes, mais l’organisation du référendum est parvenue à donner l’image d’un peuple allant pacifiquement voter, ce qui est au fondement idéologique de l’Etat moderne, et brutalement réprimé par son propre Etat.
Tous les Etats européens se sont constitués, chacun à leur manière, sur la négation ou l’absorption des identités particulières présentes sur « leur » territoire, ce dont il reste évidemment des traces encore aujourd’hui. Mais si la question culturelle joue un rôle en Catalogne, ce n’est que comme cadre d’ensemble à une entité « Catalogne » qui reste avant tout comprise de façon économique. Ce qui est mis en avant dans les revendications, c’est moins la question de l’identité ou celle de la langue (en Catalogne, on soutient sa thèse en catalan) que celle de la fiscalité excessive qui briderait le développement de la région et contraindrait le gouvernement de la Generalitat à appliquer des mesures d’austérité imposées par Madrid. La question catalane pose alors la question des rapports entre l’Etat et le capital. Dans ce conflit, la formulation idéologique des rapports entre l’Etat, le « peuple » et l’économie devient un enjeu spécifique au sein de rapports de classes bien réels.
Après la crise de 2008, l’Etat est apparu comme étant le dernier garant face à l’anarchie capitaliste et aux intérêts privés débridés. Et de fait, l’intervention concertée des banques centrales, le sauvetage des banques et le rachat d’actifs « pourris » ont été décisifs pour sortir de la crise. Dans la zone euro, cette intervention s’est menée par le biais de l’imposition par les Etats, en accord avec les institutions supranationales du FMI et de la BCE, de politiques d’austérité, qui dans les faits ont aussi été menées depuis les Etats les plus riches vers les Etats les plus pauvres, comme c’est flagrant dans le cas de la Grèce. Ce qui nous amène à une situation en apparence paradoxale dans laquelle ce sont des Etats qui travaillent à défaire la souveraineté nationale pour le plus grand bien du capitalisme.
Les frontières, autrefois synonymes d’enfermement et d’oppression, sont aujourd’hui conçues par certains comme des barrières de protection contre un ordre capitaliste qui ne cesse de les dissoudre pour fluidifier la circulation des marchandises, en même temps qu’il les renforce pour lutter contre la tragique circulation des hommes que la première engendre.
En 2009 avec les émeutes grecques et en 2011 avec les soulèvements arabes, une fenêtre insurrectionnelle a semblé s’ouvrir. Cependant, très rapidement, l’enjeu et le terrain de ces mouvements est devenu la société civile, et l’Etat, sa réforme et sa démocratisation, leur horizon exclusif. Si en Egypte comme en Tunisie les grèves ouvrières ont été massives, et ont pu en arriver à une situation de quasi-rupture avec l’Etat, pour diverses raisons parmi lesquelles la perspective de la répression ne peut pas être négligée (les chars de l’armée « protégeant » les manifestants des attaques des sbires de Moubarak ou se postant autour du canal de Suez posaient très concrètement la question de l’abolition l’Etat) on en est arrivés à une situation où la question de l’Etat, de sa légitimité, de sa capacité à refléter les attentes de la société civile, à se faire le garant d’une plus juste répartition des revenus et de la liberté de chacun de participer à la vie économique et sociale (la question de la corruption et de la monopolisation du pouvoir par une clique étant inévitable dans les pays arabes), sont devenus l’horizon de toutes les luttes de la période.
Le mouvement des places, de Tahrir à Taksim et jusqu’aux différentes versions d’Occupy aux Etats-Unis et en Europe ont fait de la société civile le cœur et l’enjeu des revendications, dans un mouvement mondial où, si le prolétariat était toujours présent à un degré où à un autre, la classe moyenne devenait de plus en plus centrale, à la fois comme réalité sociale et comme question politique. Ce mouvement, dès lors qu’il cesse d’être purement critique (comme le fut en Espagne le mouvement du 15M) et qu’il tend à revendiquer le pouvoir d’Etat au nom de la société civile, peut être adéquatement décrit sous le terme de « populisme ». Le populisme – lorsqu’il est de gauche ou « social » – est aussi le produit conjoint de l’échec de ces mouvements et de l’aggravation des mesures d’austérité ainsi que de la répression par l’Etat des mouvements purement contestataires.
Il faut situer cette montée du populisme dans ce moment qui suit « l’hiver arabe » et l’élection de Syriza en Grèce, et qui se caractérise – entre autres –par un retour mondial de la croissance (1).  Ce moment de la « sortie de crise », c’est essentiellement celui des politiques d’austérité, l’aggravation des conditions d’exploitation des prolétaires et la fin de l’Etat-providence inconditionnel qui prévalait durant les Trente glorieuses. Pour autant, la flexibilisation du marché du travail ne peut fonctionner que si l’Etat endosse une part de la reproduction de la force de travail. Cette part devient alors l’objet de luttes sociales et politiques de la part des segments de classes qui en bénéficient et sont en mesure de la négocier. Ces luttes ont pour enjeu la définition de l’Etat et l’étendue de ses prérogatives, dans le cadre d’un libéralisme qu’aucun acteur ne remet véritablement en cause (le projet socialiste d’une économie dirigée par l’Etat étant définitivement enterré).
Par « populisme », il ne faut entendre ni une politique démagogique visant à instrumentaliser les classes les plus pauvres et les moins instruites, ni le simple nationalisme (encore que des éléments de ces deux acceptions puissent s’y retrouver), mais plutôt un mouvement interclassiste dans lequel l’union nationale ne se fait pas par identification des sujets à l’Etat « vers le haut » (comme dans le cas de la défense « populaire » d’une politique coloniale, par exemple), mais plutôt par reconnaissance horizontale de l’égalité des sujets au sein d’un ensemble national, et la redéfinition idéologique des rapports capitalistes sur la base de cette égalité posée comme substantielle. Concrètement, cela signifie la prééminence de l’Etat, considéré comme « chose du peuple », émanation de la communauté, et tenu dès lors responsable de l’existence concrète de cette égalité supposée. C’est ce dont parle Mélenchon en France en proposant un « processus constituant ». Pour la Catalogne et le mouvement séparatiste, formuler la prééminence du peuple sur l’Etat est ce qui lui permet d’affirmer que c’est le peuple lui-même qui définit « son » ensemble national, et non l’inverse.
Le populisme pose la question de la société civile, mais d’une façon toute particulière, en la présentant à la fois comme une communauté substantielle – le « peuple » – que ce soit sur un mode politique (l’appartenance à la République) ou ethnique (la langue, les coutumes, les origines) et comme une communauté matérielle, régie par l’Etat et existant dans les catégories du capitalisme. La communauté substantielle est dans le populisme ce qui confère sa légitimité à l’Etat, et elle est aussi le biais privilégié par lequel les rapports sociaux capitalistes sont fétichisés, ou plutôt le langage dans lequel s’exprime cette fétichisation.
Mais cette communauté substantielle n’est composée de rien d’autre que des rapports sociaux capitalistes, repeints aux couleurs supposées fraternelles du drapeau national. Entre l’employeur catalan et son ouvrier catalan, la langue est la même, mais le rapport d’exploitation qui continue à exister n’a ni langue ni drapeau, et la plus-value extraite s’en va rejoindre les autres capitaux sur le marché mondial, avant de revenir sur le coin de la gueule des prolétaires sous la forme d’accords de compétitivité passés, il est vrai, entre catalans.
La catégorie sociale à laquelle le populisme va s’opposer, ce n’est pas la bourgeoisie en tant que telle (exploiteuse, détentrice des moyens de production, etc.), dans la mesure où le patron comme l’ouvrier peuvent appartenir à la communauté substantielle du « peuple », même s’ils n’y ont pas la même position. Ici, le populisme se montre bien comme l’héritier du slogan des 99% contre les 1%. L’ennemi, ici aussi, ce seront les élites mondialisées, qui n’appartiennent à aucune communauté, classe circulante, mobile géographiquement et sans attaches communautaires, classe du global contre le local, de l’abstrait des flux financiers contre le concret de la production et des services.
C’est à cette « classe » des élites mondialisées que l’extrême-gauche séparatiste catalane propose de couper les ailes et de river au sol de la mère-patrie en bloquant ses avoirs au cas où elle songerait à quitter le territoire national après l’indépendance. Et de fait, ce sont bien les banques et les entreprises de l’Ibex 35 (le CAC 40 espagnol) qui ont les premières fait quitter le sol catalan à leurs sièges sociaux, dans un geste symbolique mais explicite de ralliement à Madrid. L’extrême-gauche populiste montre là ce en quoi le séparatisme exprime aussi un conflit entre secteurs de la bourgeoisie, entre la « petite » bourgeoisie du commerce et des services et la « grande » bourgeoisie des flux financiers mondialisés, posant ainsi dans ce conflit de classe le vieux thème citoyenniste de l’économie « réelle » opposée à l’économie « abstraite ». C’est bien cette bourgeoisie, à laquelle s’agrège indissolublement la classe moyenne, qui constitue ce vaste chœur de fonctionnaires, chefs d’entreprise, commerçants, avocats, médecins, auquel s’adjoignent des voix ouvrières et qui dit : « L’économie, c’est NOTRE travail, c’est NOUS qui produisons les richesses ». Et cela exprime dans le langage de l’idéologie cette vérité théorique : le capital, c’est la société elle-même.
Car évidemment, les élites mondialisées, ce sont également celles avec qui on commerce et pour lesquelles on travaille, et l’Union européenne est aussi leur lieu, le lieu des grands groupes financiers aussi bien qu’industriels qui ont massivement investi en Espagne, une fois que l’Etat (y compris par l’intermédiaire du gouvernement catalan) leur a préparé le terrain en leur offrant à domicile et sans droits de douanes une main-d’œuvre qualifiée à coût réduit ainsi qu’un vaste marché intérieur à conquérir. Dès lors, l’insertion dans le marché mondial que les séparatistes donnent comme un gage de crédibilité économique est précisément ce qui freine le processus d’indépendance. Car il n’est pas possible de séparer l’Etat de l’économie en réduisant l’Etat à une communauté de travailleurs actifs et d’entrepreneurs responsables s’en allant main dans la main créer de la richesse sur le marché mondial. La dette qu’il faudrait bien que Barcelone hérite de Madrid si elle quittait l’Espagne et recommençait un processus d’adhésion à l’UE, placerait immédiatement la Catalogne dans la situation de la Grèce. Car c’est également par le biais de la dette et des mesures d’austérité imposées par l’Etat que l’Espagne, et donc la Catalogne, s’insèrent dans le marché mondial : là aussi, les distinctions idéologiques opérées par le populisme s’avèrent impuissantes à saisir la réalité du moment qui les constitue.
L’interclassisme qui se manifeste dans la situation catalane s’opère de fait, comme à chaque fois, entre des segments de classes très déterminés, qui reflètent les conditions économiques de la région. En effet, si la Catalogne, précocement industrialisée, a conservé et développé une importante structure industrielle, notamment dans l’automobile ou dans le secteur en pleine expansion de la chimie, et s’est défaite du secteur agricole si important dans les régions les plus pauvres d’Espagne, ce sont les services qui forment la plus grosse part de son PIB (autour de 74%). Lors de la grève générale (autrement appelée « arrêt civique ») organisée le 3 octobre par les indépendantistes, ce sont majoritairement les services publics (transports, musées, etc.) et le secteur de la santé, concernés au premier chef par l’indépendance et touchés par les coupes budgétaires, et les secteurs du commerce (le port de marchandises) qui se sont mis en grève. Le Barça a fermé le Camp Nou, mais les Seat sont sorties des ateliers comme d’habitude. Il est vrai qu’en cas d’indépendance, les Catalans continueront à aller au stade et le Barça pourra poursuivre ses transferts à 40 millions d’euros, tandis qu’il n’est pas du tout certain que le constructeur allemand conserve ses usines sur place : à Martorell, près de Barcelone, où on a beaucoup transpiré pour la « reprise », ce sont 10 000 personnes qui se retrouveraient alors au chômage.
Mais si la question séparatiste en Catalogne peut être présentée comme une lutte entre secteurs de la bourgeoisie au sein de laquelle s’engagent des segments de classes dont les intérêts sont liés aux secteurs de la bourgeoisie catalane favorables à l’indépendance, il ne faut pas perdre de vue que ces intérêts sont aussi bien idéologiques que réels, sans qu’il soit vraiment possible de démêler l’un de l’autre. La thèse des masses manipulées par les bourgeois nationalistes reflète un profond mépris pour les dites « masses » : les « gens » – puisque dans le cas du populisme cette catégorie abstraite devient pertinente – ne sont pas des imbéciles qui se jettent aveuglément sur la première identité venue. Et de fait, la revendication d’indépendance est aussi une réaction aux mesures d’austérité prises par le gouvernement catalan lui-même, une façon de le prendre à son propre jeu, voire de s’opposer à lui.
Le moment populiste en Catalogne est celui de l’après-crise de 2008, qui a laissé l’Espagne sur les genoux, a vu les taux de chômage exploser et l’imposition de politiques d’austérité draconiennes. Avec la reprise du milieu des années 2010, et l’aide conjoncturelle de la baisse des cours du pétrole qui associée au moindre coût de la main-d’œuvre locale a donné un coup de pouce appréciable en termes de compétitivité internationale, la région Catalogne est parvenue à tirer son épingle du jeu économique, y compris en appliquant ces mesures d’austérité tant décriées.
En Catalogne comme partout ailleurs, « renouer avec la croissance » a été synonyme de baisses de salaires, de précarisation de l’emploi, de coupes dans les prestations sociales. Et en Catalogne en particulier, c’est bien le gouvernement local, et les indépendantistes au pouvoir, qui ont appliqué ces politiques d’austérité. Au sein de la mouvance indépendantiste aux affaires, ce sont par des luttes de pouvoir que ce sont manifestées des oppositions de classes prises dans le mouvement conjoint de l’austérité et de la « reprise ». L’enjeu du Procès d’indépendance est alors de donner un sens économique et social à la reprise de l’accumulation dans une aire particulière, la Catalogne, ce qui se manifeste alors par un conflit de nature politique. Dans un contexte social tendu, l’aile d’extrême-gauche CPU, avec un nombre de voix réduit au Parlement, joue un rôle d’arbitre : obtenir ses voix devient indispensable. En 2016, le président de la Generalitat, Artur Mas, qui a appliqué les mesures d’austérité, a fait les frais de cette situation et a dû céder la place à Carles Puidgemont, non moins de droite mais dont les convictions indépendantistes sont claires. Dès lors, politiquement, la tension consiste à faire de la question de l’indépendance une question « sociale », et c’est là que l’implication de masses de gens descendant dans la rue ne peut se réduire à de l’hystérie nationaliste ou à la manipulation par la bourgeoisie.
Dans ce cadre politique, l’organisation du référendum du 1er octobre est aussi pour la coalition au pouvoir, et notamment pour son aile droite, une façon de chevaucher le tigre du mécontentement des masses avant qu’elles ne se retournent contre lui. Désigner Madrid comme la source de tous les maux exempte le gouvernement de la Generalitat des reproches qui lui sont faits, et lui permet de rétablir l’unité de façade sans laquelle aucun Etat ne peut gouverner. Le populisme présente ainsi le double aspect d’un mouvement « populaire » et d’un mouvement de l’Etat, c’est-à-dire de la classe dominante, ce qui peut créer une situation mouvante, aux contours en permanente redéfinition.
Pour autant, ce caractère mouvant, lié à la nature interclassiste du populisme indique seulement que les classes, même liées par une identité supposée, sont en lutte permanente, c’est ce qui les définit comme classes. Le populisme comme idéologie masque sans doute les rapports de classe réels (il occulte l’exploitation), mais s’il les masque ils n’en continuent pas moins à exister en son sein même et à garder leur contenu conflictuel. Ce contenu est même ce qui rend le populisme nécessaire, çar aucune idéologie ne se forme autour de rapports transparents et horizontaux ; on ne dit rien d’autre lorsqu’on dit que le populisme exprime des conflits réels sous une forme idéologique. Mais tant que la situation demeure dans ce cadre, où l’enjeu de tous les segments de classes mobilisés est de poser chacun à leur manière le peuple, idéologiquement et pratiquement, comme communauté substantielle fondant l’Etat et reposant sur les rapports sociaux capitalistes (et donc sur leur occultation), et malgré les aspects spectaculaires que peut prendre ce mouvement, qui peut parfois se mettre lui-même en scène comme mouvement de rupture, il en reste aux limites qu’il s’est lui-même fixées et qu’il ne va pas dépasser comme malgré lui, sans s’en apercevoir. On ne fait pas la révolution comme on trébuche.
Si les segments du prolétariat qui se trouvent engagés dans l’articulation interclassiste des luttes actuelles n’arrivent pas à distinguer les intérêts réels « du » prolétariat de ceux de la bourgeoisie ou de la classe moyenne, c’est que ces « intérêts réels » ne sont réellement pas distincts. Il serait absurde de se contenter de déclarer que « le » prolétariat est internationaliste ou que le peuple tel qu’en lui-même ne peut être libre que sans l’Etat, comme si l’activité réelle de la classe se situait sur un plan où son existence sociale dans le capitalisme était purement accidentelle ou contingente face à la réalité transcendante de « la » classe.
Avec le populisme, on voit en quoi l’unification a priori, l’unité de classe réclamée et défendue par ceux pour lesquels la « convergence des luttes » conditionne leur réussite, est en réalité une pure et simple reconfirmation de l’ordre établi. Ce qui converge dans les luttes interclassistes, ce sont toujours des segments du prolétariat dont les intérêts recoupent ceux des classes moyennes, c’est cette jonction qui constitue la « société civile » comme objet de revendication, et dès lors que la société civile est le problème, ce sont les rapports sociaux capitalistes qui deviennent incontestables, parce qu’ils sont présupposés. Il n’y a plus dès lors qu’un problème de « répartition des richesses », sans qu’on sache de quelles « richesses » il s’agit et d’où elles peuvent bien provenir.
L’unification de la classe en classe révolutionnaire consisterait au contraire dans la multiplication des conflits portant sur ce qui la fait exister comme segmentée, dans les conditions posées par cette existence, c’est-à-dire non seulement l’exploitation qui est directement segmentation (division du travail), mais également les divisions de genre et raciales, mais aussi plus généralement tout ce qu’on peut appeler « inégalités » sociales. Concrètement, c’est une autre façon de dire que la classe ne s’unifie qu’en s’abolissant comme classe, en s’en prenant directement (même si ce directement peut impliquer des formulation idéologiques) à ce qui la fait exister comme classe exploitable et exploitée.
Cela dit, il nous faut bien constater que cette remise en cause de la classe par elle-même n’est guère à l’ordre du jour, si ce n’est négativement. Le moment populiste risque fort d’être un sale moment à passer. Car si le populisme nous est déjà peu sympathique dans ses conceptions, la réaction de l’Etat « classique » face à ce qui reste pour lui une contestation d’un ordre capitaliste déjà délicat à préserver risque fort de consister en de nouvelles mesures répressives et sécuritaires. Et partout, des mouvements nationalistes à composante populiste mais beaucoup moins « sociale » que celui des indépendantistes catalans voient le jour – ou même sont directement aux affaires, comme en Hongrie, en Pologne ou ailleurs.
Par ailleurs, les divers mouvements séparatistes qui participent à leur manière au mouvement de redéfinition de l’Etat indiquent également qu’à l’échelle mondiale la division de l’espace social et géographique déjà en cours avant la crise de 2008 ne fait que s’accentuer. Si elle n’est encore à poser qu’à titre d’hypothèse, la constitution conjointe de zones-poubelles peuplées de surnuméraires dépourvus d’instruments de lutte et de zones plus riches arc-boutées sur leurs supposés privilèges, qu’ils soient garantis par une appartenance culturelle, ethnique ou nationale n’est pas non plus une perspective réjouissante.
AC
1. Pour une description plus approfondie de cette période, on peut lire dans le n° 25 de la revue Théorie communiste la (longue) partie intitulée « Une séquence particulière ». On en trouve des extraits choisis ici :
Spanish translation here :
https://dndf.org/?p=16444

Ástor García: «Octubre es impulso, no recuerdo. La prueba de que vamos a volver a ganar»

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Ástor García, SG del PCPE. Madrid, 7 de octubre de 2017.
Texto íntegro del discurso de Ástor García, Secretario General del PCPE, en el acto de conmemoración del 100º aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre, celebrado en Madrid, el 7 de octubre de 2017.
Estimados compañeros, estimadas compañeras, camaradas
Un saludo y un agradecimiento profundo a los camaradas y amigos que os habéis desplazado desde otros territorios para estar hoy aquí. 
También, cómo no, un reconocimiento y agradecimiento a los y las camaradas de Madrid que habéis puesto vuestro tiempo y vuestro esfuerzo en la organización del acto. 
Y también un enorme agradecimiento a los artistas que nos acompañan, que han puesto su música y su tiempo a disposición de todos los presentes. Muchas gracias. 
Hoy conmemoramos el 100 Aniversario de un hecho histórico fundamental. A lo largo del día, y en los actos que ya se han celebrado y celebrarán en diferentes localidades, hacemos mucho hincapié en la importancia histórica de la Gran Revolución Socialista de Octubre.
No es exageración decir que esa revolución, dirigida y organizada por los bolcheviques, abrió un nuevo período en la Historia de la Humanidad. No fue sólo la primera revolución proletaria triunfante y duradera, sino que su ejemplo inspiró e impulsó a millones de trabajadores y trabajadoras en su lucha por una sociedad mejor, por una sociedad sin explotación, por una sociedad socialista.
Tampoco es exageración decir que nosotros y nosotras somos los hijos de Octubre. Somos hijos e hijas de Octubre porque aspiramos a los mismos objetivos que aquellos obreros y soldados que, tras los disparos del Aurora, se lanzaron a conquistar un mundo nuevo. 
Somos hijos e hijas de Octubre porque sabemos, además que sólo la vía revolucionaria garantiza una victoria. No será mediante los parlamentos, ni mediante las elecciones, ni participando en gobiernos burgueses como haremos de España una República Socialista. Nuestros enemigos no van a convencerse de nuestras ideas y nuestros objetivos, no van a cedernos pacíficamente el poder, usarán contra nosotros las armas que les dan sus leyes, sus tribunales y sus policías. 
Pero nosotros, haciendo honor a nuestra herencia de Octubre, aprendiendo de las lecciones de Octubre, tomando las medidas necesarias en lo ideológico, en lo político y en lo organizativo, tendremos con nosotros al mayor ejército que ha conocido este país, a los millones de trabajadores y trabajadoras que cada día hacen funcionar todos los engranajes de la economía y la sociedad. 
Esa es nuestra aspiración, que el poder lo tenga quien todo lo produce. Que éste sea un país para la clase obrera.
Este acto, y todos nuestros actos sobre Octubre, son actos de reivindicación, no de nostalgia. Conmemoramos Octubre para decir alto y claro que vendrán más revoluciones, que los trabajadores y trabajadoras del mundo entero todavía no hemos dicho la última palabra. 
Conmemoramos Octubre para decir abiertamente que no nos han derrotado, que seguimos estando muy vivos, y que estamos dando los pasos para que la clase obrera protagonice nuevamente su Historia, que estamos organizando un Partido Comunista que quiere, sin duda alguna, terminar con el dominio burgués, destruir este Estado y construir el socialismo.
Hay quien prefiere refugiarse en la nostalgia. Allá cada cual. Para nosotros y nosotras, Octubre es impulso, no recuerdo. Es la prueba fehaciente de que podemos ganar, de que vamos a volver a ganar. 
Quien afronte este aniversario sólo desde el recuerdo de lo que fuimos es alguien que renuncia a la victoria. Y a quien no sepa extraer de Octubre las lecciones necesarias para organizar nuevamente la victoria obrera, a quien no sea capaz de dar los pasos necesarios para salir de la comodidad de la nostalgia, sólo le pedimos que no moleste, que no entorpezca con su actitud los importantes y firmes pasos que hay que dar. Que no nos entretenga, porque no tenemos tiempo que perder, ¡porque nosotros sí queremos hacer la revolución, no jugar a ser revolucionarios!
Una de las principales lecciones de Octubre es que el partido de la clase obrera debe estar preparado para luchar en todas las condiciones. Que debemos tener la capacidad política, ideológica y organizativa para saber responder, en cada momento, a las exigencias de la lucha de clases. 
Y para ello vamos a un Congreso en pocas semanas, para afinar nuestra organización, para trazar los pasos que nos lleven a tener de verdad ese Partido Comunista capaz de hacer frente a todos los retos contemporáneos que enfrenta nuestra clase. 
Fogueándonos en la lucha diaria de nuestra clase es como podemos ser una mejor herramienta para la Revolución. Interviniendo a diario en los cientos de luchas obreras que se producen en el país es como se desarrolla el partido de la clase obrera. No basta con proclamarlo, hay que hacerlo.
Es nuestra responsabilidad poner los medios necesarios para que el Partido Comunista sea el portavoz de la clase obrera. Estamos en ese camino y no vamos a retroceder ni un paso. 
Vivimos tiempos convulsos, el panorama político está moviéndose aceleradamente y nosotros tenemos una gran responsabilidad, la responsabilidad que los partidos comunistas, independientemente de su tamaño, o de su fuerza numérica en un momento concreto, jamás deben abandonar: debemos sostener una posición clasista, una posición que exprese los intereses objetivos de la clase obrera, que los coloque en primer lugar y no detrás de los intereses de otras capas sociales. 
Esta misión nuestra no es fácil, y a menudo nos ha generado ataques y alguna que otra incomprensión.  Por defender la unidad de la clase obrera nos han llamado españolistas. Por defender que la autodeterminación es un derecho inalienable de los pueblos, nos han llamado independentistas. Alguno ha tenido el valor de acusarnos de obreristas, otros incluso nos han llamado luxemburguistas. 
¡Qué mal han digerido a Lenin muchos supuestos revolucionarios! ¡Qué floja y qué barata es su interpretación de las enseñanzas de Octubre y de la construcción socialista! 
Hay sectores que pretenden que el partido de la clase obrera se coloque detrás de ellos. Pretenden que los comunistas tengamos una posición subordinada. Y piensan que tienen razón, creen que están legitimados para ello porque las organizaciones comunistas de España renunciaron hace tiempo a plantear una posición política independiente. Porque en el fondo, o en la forma, perdieron el hilo rojo que nos une con los bolcheviques, interiorizaron la propaganda del enemigo de clase y se conformaron con ser meras comparsas de las posiciones de la pequeña burguesía radicalizada.
Pero nosotros no. Nosotros, que sí hemos aprendido de nuestra historia, nos negamos a abandonar nuestras banderas. Levantamos con orgullo la bandera roja, recuperamos el papel que algunos partidos comunistas nunca debieron abandonar, y explicamos pacientemente que se puede salir de los falsos dilemas y que se puede conquistar la verdadera independencia de clase. 
Camaradas, lo que está pasando en Cataluña es muy grave y preocupante. Es una expresión muy clara del proceso de recomposición del aparato estatal burgués y es nuestro deber decirle a los trabajadores y trabajadoras que nos están conduciendo hacia una reformulación de los mecanismos dirigidos a mantener y perpetuar la explotación de clase.
La burguesía es plenamente consciente de las grietas que tiene su edificio. Saben que se les puede caer encima porque tiene unos cimientos muy poco sólidos. Por eso ahora se habla de volver a pintar la fachada. De hacer obras en el ascensor y las escaleras. Y mientras la comunidad de vecinos  discute sobre si pintar de amarillo o de azul el portal, sobre poner unas ventanas más modernas o no, nosotros seguimos hablando de los cimientos, seguimos diciendo que una sociedad basada en la explotación está condenada a venirse abajo. Y seremos nosotros, los ocmunistas, quienes la derribemos.
Cuando algunos hablan del régimen del 78 y su crisis, aciertan sólo en parte. Pero se equivocan, por ejemplo, al señalar que el proceso que vive Cataluña es causa de esa crisis política. No camaradas,  es al revés: la situación en Cataluña es consecuencia, y no causa, del agotamiento del modelo impuesto tras la dictadura franquista. 
Lo que está ocurriendo en Cataluña hoy marcará el fin de una etapa. Estamos viendo cómo el Estado mide cuál va a ser el grado de manipulación ideológica y de represión necesario para intentar que la reformulación del modelo de dominación cuente con los mayores consensos posibles. 
Por eso están exacerbando el nacionalismo, por eso están dividiendo a la mayoría obrera y popular, por eso están buscando el enfrentamiento sobre claves nacionales. Nuestro deber es confrontar con la política nacionalista que hoy impera, que rápidamente puede derivar en fascismo. Debemos esforzarnos a fondo para impedir que el nacionalismo penetre aún más en nuestra clase, porque condena a nuestra clase a la división y a la derrota. 
En estos momentos estamos asistiendo a un fenómeno interesante. Los grandes monopolios con sede en Cataluña amenazan con irse. El gobierno, una vez más, demuestra a quién sirve cuando, de forma exprés, aprueba un real decreto para facilitar el cumplimiento de esa amenaza empresarial. 
¿A quién va dirigida esa amenaza? ¿A los trabajadores y trabajadoras de Cataluña? ¿A los explotados acá y allá del Ebro? No camaradas, a nosotros nos da igual dónde esté la sede del Sabadell, de la Caixa o de Gas Natural. Seguirán explotando y robando al pueblo trabajador igual que hasta ahora. 
La amenaza va dirigida a los dirigentes del proceso catalán. A esa pequeña burguesía que quiere un mejor trato en el reparto del fruto de la explotación y que, le guste más o le guste menos, depende de los grandes monopolios. 
No tardará en haber voces que digan que esa fuga de empresas es un signo del supuesto carácter antimonopolista y anticapitalista del proceso catalán. Y a ellos les contestaremos que a nosotros nos da igual la sede, porque esas empresas lo que tienen es que dejar de estar en manos privadas ¡porque cuando los expropiemos nos dará igual enviar el decreto a Barcelona que a Madrid! 
Hemos dicho repetidamente que, bajo el capitalismo, no se ejercerá el derecho de autodeterminación, que sólo cabrá el verdadero ejercicio de la autodeterminación, en Cataluña y en el resto de pueblos de España, en el marco de un proceso revolucionario a nivel estatal, un proceso revolucionario que termine con el poder de los monopolios y sus gobiernos y abra la vía, igual que hizo en 1917 la Declaración de los derechos para los Pueblos de Rusia, a la solución de la cuestión nacional en España. Ese es nuestro compromiso, camaradas.
Octubre, por otra parte, no es sólo el aniversario de la revolución bolchevique. También se conmemora la Revolución del 34 en Asturias, que fue hija directa de la Gran Revolución Socialista de Octubre. De la experiencia del 34 también sacamos valiosas lecciones.
Aprendimos la importancia de la unidad obrera. Aprendimos también cuáles son los  márgenes de la democracia burguesa, y la represión que es capaz de ejercer contra la clase obrera incluso la forma más avanzada y progresista de dominio burgués. Aprendimos también que un proceso revolucionario, para triunfar, necesita extenderse por todo el país.
No olvidamos tampoco a los heroicos guerrilleros de la UNE, que en octubre del 44 quisieron acabar con el fascismo entrando por el Valle de Arán.
También somos hijos e hijas de aquellos mineros en armas, de aquellos guerrilleros, de aquella clase obrera que se lanzó a conquistar una sociedad nueva. Nuestro homenaje y nuestro recuerdo para ellos, con el compromiso firme de continuar su lucha, de no rendirnos jamás. 
En estos meses se cumplen otros aniversarios importantes. Un 7 de octubre se fundó la RDA, ejemplo de democracia popular que fue fruto del glorioso papel del Ejército Rojo en la liberación de Europa del nazi-fascismo. ¡Nunca agradeceremos lo suficiente al Ejército Rojo y a la URSS haber derrotado a la bestia nazi-fascista! 
No podemos olvidar la creación de la Federación Sindical Mundial, de la Federación Democrática Internacional de Mujeres, de la Federación Mundial de la Juventud Democrática o del Consejo Mundial de la Paz. 
Todas ellas herramientas de coordinación internacional impulsadas por el movimiento comunista internacional, todas ellas encaminadas a la lucha contra el imperialismo. Porque, camaradas, gracias a Octubre la lucha contra el imperialismo dio pasos de gigante. Gracias a la existencia del poder obrero, la lucha contra las potencias imperialistas pasó a una nueva fase. Las antiguas colonias tuvieron un firme aliado en su lucha contra las potencias coloniales, el imperialismo norteamericano sufrió graves derrotas en Vietnam y en Cuba, se desarrollaron nuevas relaciones entre países basadas en la ayuda mutua y no en el saqueo y la dominación. Y hoy, en cambio, nos enfrentamos al peligro constante de guerra fruto de las pugnas entre potencias imperialistas. 
Tenemos muy presente hoy también la figura del Che Guevara, de cuyo asesinato se cumplirán el lunes 50 años. Un ejemplo para todos nosotros de internacionalismo, de coherencia y de dedicación a la Revolución. Un ejemplo de quien llegó a dar la vida en la lucha por la liberación de un pueblo que no era el suyo, pero que sentía como suyo porque en cada lucha de liberación que triunfa, aunque sea en el lugar más recóndito y pequeño del planeta, se libera un poco toda la Humanidad. 
Con Fidel decimos que cuando nosotros recordamos al Che, cuando nosotros pensamos en el Che, no estamos pensando fundamentalmente en sus virtudes militares. ¡No! La guerra es un medio y no un fin, la guerra es un instrumento de los revolucionarios. ¡Lo importante es la revolución, lo importante es la causa revolucionaria, las ideas revolucionarias, los objetivos revolucionarios, los sentimientos revolucionarios, las virtudes revolucionarias! 
Camaradas, no olvidemos, ante las dificultades de nuestra lucha diaria, que vivimos en la época de transición del capitalismo al socialismo. No dejemos que la victoria temporal de la contrarrevolución en la Unión Soviética y otros países socialistas nos desmoralice y nos aleje de nuestros objetivos. 
Aprendamos de la experiencia de Octubre, pongamos en práctica lo aprendido, preparémonos para la Revolución, organicémonos mejor para que nuestra revolución triunfe, para que, en poco tiempo, podamos repetir estas palabras de Lenin.
¿Por qué es tan firme y tan sólido el poder soviético a pesar de las pruebas increíbles, del hambre espantosa y de las dificultades causadas por la guerra y el desbarajuste de la economía?
Porque es el poder de los propios trabajadores, de los millones de obreros y campesinos.
El poder soviético ha derrocado a los terratenientes y a los capitalistas, y defiende con firmeza al pueblo contra los intentos de restauración de su poder.
El poder soviético cierra todas las puertas a los kulaks, a los ricachos, a los propietarios, a los especuladores, a todos los que quieren enriquecerse sin trabajar, a todos los que medran a expensas de la miseria y el hambre del pueblo.
El poder soviético está con los trabajadores y contra los especuladores, los propietarios, los capitalistas y los terratenientes.
Esa es la fuente de la fuerza, la estabilidad y la invencibilidad del poder soviético en todo el mundo.
Camaradas, hagamos que el poder soviético, el poder obrero, sea una realidad, camaradas. Hagámoslo ya.
VIVA EL 100 ANIVERSARIO DE LA GRAN REVOLUCIÓN SOCIALISTA DE OCTUBRE
VIVAN LOS COLECTIVOS DE JÓVENES COMUNISTAS. 
VIVA EL PARTIDO COMUNISTA DE LOS PUEBLOS DE ESPAÑA

samedi 14 octobre 2017

Emma Esplà: «Cien años después, el socialismo es vigente, necesario y el único camino»

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Emma Esplà, Secretaria de Organización del PCPE.
Texto íntegro del discurso de Emma Esplà, Secretaria de Organización del PCPE, en el acto de conmemoración del 100º aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre, celebrado en Madrid, el 7 de octubre de 2017.
En este año celebramos el 100 aniversario de la Gran Revolución Socialista Soviética, una revolución que desde Octubre de 1917 en Rusia ha ido recorriendo el planeta marcando con su huella el sentido de la lucha de la clase obrera y los pueblos hacia su liberación. Como continuación lógica de aquel denominado “fantasma que recorre Europa” llevando debajo del brazo el Manifiesto Comunista como letra y como sonido los acordes de la Internacional.
Se ha transitado desde entonces un siglo lleno de avances indiscutibles y de ejemplos de construcción de una sociedad en que, con la clase obrera en el poder, se dieron pasos de gigante en el desarrollo humano. Un siglo también lleno de escollos que sortear, de infinidad de debates y de lucha a muerte entre dos sistemas y que ha tenido como escenario actual la victoria temporal de la contrarrevolución en la práctica totalidad de los países que construían el socialismo.
Una contrarrevolución que en múltiples ocasiones tuvo como cómplices necesarios a  toda una caterva de personajes que en cada momento parecían jugar el papel de distraer o equivocar el rumbo correcto de la praxis socialista en los países en que la clase obrera había tomado el poder y por otra parte alejar de la vía revolucionaria a la clase obrera de los países que aún vivían bajo el yugo más o menos dorado del capitalismo dependiendo del país que habláramos.
Todos estos personajes tienen hoy en común muchas cosas además de esa utilidad mercenaria al servicio del sistema capitalista de producción: ninguno representa hoy nada. Cada uno vivió su minuto de gloria bajo los altavoces del sistema capitalista que amplificaron su mediocridad haciéndoles aparecer como importantes intelectuales y pensadores de relieve en la medida que atacaban al Socialismo y lo cuestionaban. Ni siquiera aquellos que desde las mil supuestas izquierdas levantaban críticas gloriosas al Socialismo real y decían buscar vías revolucionarias y de construcción alternativa, ninguna de aquellas teorías han logrado conseguir jamás poner en marcha ni un solo proyecto revolucionario.
Por eso hoy es de suma importancia que viviendo como vivimos en el periodo inmediatamente posterior a la victoria temporal de la contrarrevolución no nos dejemos engañar sobre las enseñanzas de Octubre y sobre el momento histórico que nos toca vivir. El enemigo es consciente de su fragilidad y sigue desarrollando su lucha ideológica contra el Socialismo porque sabe que es la única alternativa que realmente puede poner fin a este sistema bárbaro de explotación que sólo nos conduce al colapso vital del propio ser humano.
Y en su lucha ideológica vuelve a sacar a los nuevos mediocres y arribistas a la palestra mediática mundial. Y junto a ellos también de nuevo las viejas teorías que tanto daño hicieron, ahora remozadas y presentadas en sociedad como la gran y nueva alternativa.
Pero veamos las enseñanzas de Octubre:
Octubre nos enseña que la clase obrera es hoy, tal y como decía Marx, la única clase revolucionaria y tiene el potencial y la capacidad de cumplir con su misión histórica de construcción del Socialismo y el Comunismo.
Octubre también demostró el papel insustituible del Partido Comunista como vanguardia de la revolución Socialista así como la imparable fuerza del internacionalismo proletario.
No son estas unas enseñanzas cualesquiera. Y por eso hay toda esa caterva de mediocres pensadores a sueldo directo del capital o de su propio ego cuya misión es hacer olvidar o cuestionar estos vitales hechos con el objetivo de distraer y alejar a la clase obrera de las trincheras de la revolución.
Nuestro enemigo de clase sabe cómo nosotros que la victoria de la contrarrevolución no cambia el carácter de la época y el siglo XXI será el siglo de un nuevo ascenso del movimiento revolucionario mundial y de una nueva serie de revoluciones socialistas. Por eso emplea tanto esfuerzo y recursos en la lucha contra lo que dicen muerto. ¡Qué contradicción!
Un simple vistazo a la agudización de las contradicciones en el sistema imperialista internacional hacen meridianamente patente la necesidad de la revolución Socialista como la consecución del único sistema con el que poder poner freno al riesgo real de inviabilidad del ser humano sobre la tierra.
Y entonces empieza el ataque de nuestro enemigo. Por un lado unos comienzan negando el carácter revolucionario de la clase obrera situando al sujeto revolucionario en otras latitudes, incluso llegando a negar la propia existencia de la clase obrera como tal fundiéndola dentro de otros sujetos que le castran su carácter o minimizando su importancia numérica. Nos discuten por tanto que la clase obrera sea la única clase hoy verdaderamente revolucionaria y como consecuencia no necesitaríamos de su organización de vanguardia como tal, que es el Partido Comunista.
Para completar el ataque se promocionan visiones distorsionadas de las relaciones internacionales de los Partidos Comunistas y Obreros promocionando y alentando objetivos de un capitalismo con rostro humano gestionado desde posiciones progresistas o de izquierda que pudiera en el ámbito internacional servir de contrapeso al imperialismo e incluso llevar hacia supuestas vías nacionales al Socialismo. 
Todo ello sin atender a que Octubre y todo el ciclo revolucionario del s.XX han confirmado en la práctica que la teoría marxista-leninista respecto a la revolución ha sido correcta, partiendo del análisis sistemático global del imperialismo, donde la revolución madura en el transcurso de los acontecimientos históricos y estalla en un momento determinado por una combinación de causas objetivas y subjetivas. Y que nada tiene que ver con la búsqueda de conquista de etapas intermedias que a lo largo de la historia solo han servido como balón de oxígeno al sistema capitalista para su reorganización en contra de la clase obrera y su objetivo final la revolución Socialista.
Por todo ello hoy, el PCPE en los días de conmemoración del 100 aniversario de Octubre no llamamos a la clase obrera a recordar para ponerse melancólica, la llamamos a no dejarse engañar por los cantos de sirena y a incorporarse a la lucha por el Socialismo-Comunismo engrosando las filas del Partido Comunista.
¡Viva el 100 Aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre!