La silenciada fechoría ambiental de Puerto Rico

La sociedad boricua vive en ascuas por la asunción del nuevo Gobernador Pedro Rafael Pierlusi. Voces del pueblo lo responsabilizan por la contaminación del agua en el sur del país que de fenómeno local ha pasado a regional. Su codicia es la fuente del mal
Por MARÍA VICTORIA VALDÉS RODDA
El cantante boricua René Pérez, Residente, exige “que quien gobierne sea una persona honesta y con el récord limpio”. (paginasiete.bo)
Los problemas acumulados, y de raíz, con los que lidian los puertorriqueños a diario no van a desaparecer porque haya renunciado el Gobernador Ricardo Roselló. Tampoco la solución vendrá con la continuidad del Partido Nuevo Progresista (PNP) en el poder, el que intenta perpetuarse al frente del país con la designación de Pedro Rafael Pierlusi, abogado sin el respaldo necesario: ni en el Senado ni de una buena parte del pueblo, impuesto de su falta de integridad al mejor y viejo estilo de los maleantes de turno.
En cuanto al escalón legislativo, su máximo representante Thomas Rivera Schatz radicó este domingo 4 de agosto una demanda para impugnar la juramentación del susodicho político. En opinión de Schatz, que es la misma de otras fuerzas opositoras incluida el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) la juramentación y ocupación para el cargo son nulas, ya que la Constitución de la Isla “establece de forma clara, para una situación como la aquí descrita, que para ocupar el cargo de Gobernador ante la renuncia efectiva de Rosselló Nevares, el Lcdo. Pierluisi Urrutia tenía que ocupar el puesto de Secretario de Estado en propiedad al momento en que la misma fue efectiva. Ello no ha ocurrido aún, pues el Senado de Puerto Rico no ha finalizado su responsabilidad constitucional de consejo y consentimiento para tal nombramiento. Como corolario de ello, el Lcdo. Pierluisi Urrutia no puede continuar ostentando el cargo de Gobernador al que juramentó el 2 de agosto de 2019 y, cualquier decisión que haya tomado en tales funciones desde dicha juramentación, es igualmente nula”.

¿Qué dice el pueblo?

Las opiniones están divididas: algunos- y no pocos- sostienen que debía dársele el beneficio de la duda y dejarlo administrar la gobernación hasta 2020 cuando se inicie el proceso electoral de los boricuas, ineludiblemente atado al de Estados Unidos.
Otros- y también numerosos- afirman que Pierlusi es tan aborrecible como Roselló porque ofició de cabildero para la carbonera AES (empresa con contrato de venta exclusiva de electricidad a la Autoridad de Energía Eléctrica de Puerto Rico), atentando contra la salud del pueblo. Cabildero o lobbysta es todo aquel pagado por influenciar en los legisladores para que se apruebe (o no) una ley que favorezca al cliente que paga.
En Puerto Rico y en Estados Unidos hay muchos de ellos -fenómeno ya desterrado para siempre de la vida cubana-, y son de una impronta increíble y a veces funesta por cuanto utilizan su rango, y hasta poder financiero y de influencias políticas al más alto nivel, para presionar a los funcionarios electos con vistas a que las leyes favorezcan y no perjudiquen a una industria, o a una organización especifica. Con ese fardo carga Pierlusi. El PIP y puertorriqueños amantes de su tierra lo acusan de envenenar el aire al validar, por obra y gracia del dinero, a una industria que ha causado daños ambientales y de salud considerables.
Por ejemplo, René Pérez, cantante conocido como Residente en la banda Calle 13, quiere creer que todos los candidatos a gobernador en Puerto Rico no son “corruptos” y “deshonestos”: “No puede ser que las únicas opciones para gobernar a Puerto Rico sean Pierluisi y Thomas Rivera Schatz”, manifestó quien estuvo en el Viejo San Juan con exigencias en contra de Rosselló a tenor de las movilizaciones semi espontaneas de las últimas semanas. La agencia EFE se hizo eco de las declaraciones del boricua: “Debe haber por ahí un/a estadista honesto/a, joven, que no sea hijo/a de nadie y que tenga un récord limpio. No quiero creer que todos son corruptos y deshonestos”.
A través de su cuenta en Twitter, escribió: “Es sencillo: Ni Pierluisi, Ni Schatz, Ni Rosselló, Ni Wanda Vázquez, Ni todos los corruptos y chanchulleros que han gobernado durante años. Acá nadie está diciendo que no sea estadista. Lo que se está diciendo es que quien gobierne sea una persona honesta y con el récord limpio”. Con respecto al nuevo Gobernador, calle 13 afirmó en las redes sociales: “Si te montas sin la vista del senado te vamos a bajar y te aseguro que será mucho peor que la caída de Rosselló”.

Daño a la vida

El Centro de Periodismo Investigativo (CPI) de Puerto Rico es ahora mundialmente famoso por sus publicaciones sobre los chats de Roselló y su camarilla que pusieron virtualmente en candela a la Isla del Encanto. Esta institución aboga por una ciudadanía bien informada, la cual pueda acudir y apoyarse en entidades independientes con capacidad para fiscalizar los poderes que accionan en la sociedad, sean públicos o privados.
De manera que ante las denuncias populares contra la planta AES en Guayama optó por encarar los hechos hasta descubrir cuánto de cierto había en los relatos de la gente común. En ese sentido Omar Alfonso publicó en marzo de 2019 un demostrativo texto titulado Irremediable el daño de las cenizas al acuífero del sur. En él se lee: “El cuerpo de agua, del cual se extraen millones de galones diarios, llega a alrededor de 140 mil personas en el sur de Puerto Rico. Las muestras realizadas en el acuífero han detectado químicos altamente contaminantes como el arsénico”.
Decenas de estibas de cenizas de la planta cogeneradora AES, yacen a la intemperie, representando una amenaza a la salud de las comunidades cercanas. (elnuevodia.com)
Sin embargo esta constatación no es nueva. La Agencia de Protección Ambiental (EPA) de los EE. UU. admitió que la montaña de cenizas de AES ha filtrado químicos dañinos al subsuelo. Entonces, en cumplimiento con sus nuevos reglamentos, cientos de centrales eléctricas que utilizan carbón como materia prima en los Estados Unidos pueden ser objetadas igual que la de Puerto Rico.
En un sistemático crimen silencioso, paulatinamente el bienestar ambiental de la Isla fue comprometido desde el 11 de octubre de 1994, cuando la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y Applied Energy Systems Puerto Rico, LP (AES) firmaron un contrato de compra de energía resultado de la quema de carbón en una planta a establecerse en Guayama por espacio de 25 años.
Pero desde el principio se incurrió en negligencias: ¿por falta de profesionalismo o por codicia? De acuerdo al artículo 6.6 del contrato, las cenizas no serían almacenadas por más de 180 días en Puerto Rico. Pero en este punto sobreviene algo atroz: La AES, cuyas ganancias le sabían a poco, propuso vender el 100 por ciento de las cenizas que se generan en la quema del carbón como producto a utilizarse en la construcción y en la agricultura. También en el cuerpo del convenio se dispuso que, si no había mercado para las cenizas, AES las exportaría fuera de Puerto Rico.
En 2010 la AES comienza sus operaciones y junto con la energía eléctrica llena sus arcas con un subproducto: las cenizas, pesadas, livianas y combinadas. A este producto se le bautiza con un aparente inocuo nombre el Agremax. En informaciones del CIP se sabe que toneladas de este engendro empezaron a rellenar los suelos de nuevos proyectos de desarrollo de viviendas en los municipios de Salinas, Guayama y Arroyo. También se utilizaron en la construcción de carreteras y en la agricultura. Todo, tal y como alegaron los gobernantes de turno y la Junta de Control Fiscal, bajo la reglamentación federal.
Ya es sabido que entre el 2004 y el 2011, dos millones de toneladas de cenizas de la AES fueron utilizadas como material de relleno para la construcción de urbanizaciones y carreteras en los municipios de Arroyo, Caguas, Coamo, Dorado, Guayama, Juncos, Mayagüez, Ponce, San Juan, Santa Isabel y Toa Alta.
Y los problemas de salud comienzan a aparecer: el cáncer se dispara. La gente se pregunta qué pasa, cómo la vida le puede cambiar tanto. Empieza el vecino de Guayama, de Caguas a hacerse preguntas incomodas para el sistema y para hombres como Pierlusi.
Movimiento de indignados en contra de las cenizas

El pueblo de Peñuela, en miles de sus hijos, reclama justicia ambiental (Carmen H. Santiago Negrón)
Es en este contexto que, en septiembre de 2010, el Comité Diálogo Ambiental se reúne con la EPA en Washington para solicitar una investigación de uso de cenizas de carbón de AES por cuanto las autoridades locales sostenían como “locura” e “infundios” los recelos del pueblo, aduciendo que los estudios pertinentes habían dictaminado que el problema era irreal.
Comunidades y grupos ambientalistas, en conjunto con legisladores municipales del PIP presentan diversos proyectos de ordenanzas municipales para prohibir el uso de las cenizas de la combustión del carbón en los terrenos de los municipios. La mitad de los municipios, entre ellos los de Peñuelas y Humacao, aprueban las ordenanzas. Mientras que la EPA cuestiona la falta de controles en cuanto a la creación del Agremax y su almacenamiento al aire libre en al menos diez lugares en Arroyo, Guayama y Salinas, y exhorta a reevaluar las resoluciones en ese sentido.
El PNP declaró que estaba comprometido con el asunto, y el propio Roselló pidió la sustitución del carbón por otros materiales. No obstante, estos gestos de aparente buena voluntad existe el peligro real que lo acordado entre el anterior Gobierno y la AES quede en letra muerta teniendo en cuenta los intereses de Pedro Pierlusi.
Las incidencias sobre la salud se hacen cada día más letales. Denuncias del CIP advierten que del año pasado a este 2019 “los químicos detectados en el acuífero bajo la montaña de cenizas de carbón de la empresa AES en Guayama —como selenio, litio y molibdeno— rebasaron entre cuatro y 14 veces los máximos permitidos por la EPA. Así lo confirmó un reciente análisis de las aguas subterráneas. ¿Cómo entonces no decir que se trata de un crimen solapado si la ingesta del selenio, el litio y el molibdeno inflama la piel, provoca dolores agudos, vómitos, debilidad, disfunción hepática y muerte por envenenamiento?
Esto no lo enfatiza por gusto esta reportera ni tan siquiera el CIP de Puerto Rico, sino que parte de afirmaciones tajantes de la Agencia para Sustancias Tóxicas del Departamento de Salud de los Estados Unidos. Además, metales pesados como el arsénico quintuplicaron su concentración hasta rozar el nivel de toxicidad establecido por la EPA, mientras que otros como plomo y cadmio también reflejaron alzas significativas.
En cuanto al Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la OMS, este ha certificado que el arsénico en el agua, incluso en dosis bajas, puede causar irritación del estómago, los pulmones e intestinos, y a largo plazo, problemas con el desarrollo, neurotoxicidad, diabetes y enfermedades pulmonares y cardiovasculares.
Asimismo el daño infligido por el Agremex es enorme. Algunos de estos depósitos existen desde hace 15 años en 12 municipios de Puerto Rico. Sin embargo, la tragedia se dimensiona a su expresión más terrible en Guayama donde la montaña de cenizas del AES “ha acumulado hasta 430 mil toneladas de cenizas, desde el año 2014”, advierte el CIP.

Polvorín tóxico a cielo abierto

Entre el 19 y 21 de septiembre del año pasado, el Servicio Nacional de Meteorología registró casi 15 pulgadas de lluvia sobre la zona sur central de Guayama, “y como las cenizas de carbón son solubles en agua, estos fenómenos atmosféricos aceleran la dispersión de sus contaminantes, tanto por agua como a través del viento”, explicó al diario local la Perla del Sur, Osvaldo Rosario López, doctor en Química y asesor en Puerto Rico para la Administración Federal de Drogas y Alimentos.
Pero lo que más indignación produce en la opinión pública es que tanto la AES como el Gobierno sigue evadiendo su responsabilidad sobre los lugares donde sus cenizas de carbón han sido usadas como relleno, para la construcción de urbanizaciones, centros comerciales y carreteras.
Este 4 de agosto miles de personas, aglutinadas por la defensa de un aire y agua limpios, salieron en Peñuelas con exigencias de que se haga justicia ambiental, en contra de la corrupción del PNP y de Pedro Pierlusi, responsable en última instancia de la enfermedad de sus compatriotas, a quienes considera inferiores por pobres y personas sencillas.
Solo que estas han decidido cambiar las cosas con la misma energía reivindicativa que ha mostrado su valía cuando la sociedad boricua sacó a los marines de Vieques, que con sus pruebas militares también contaminaron la Isla. Ahora con mayor razón reclaman respeto por sus vidas. Lo demandan con firmeza. Se levantan contra aquellos que se dicen boricuas. Contra aquellos, que como bien señalara en La Habana la vicepresidenta y comisionada electoral del Partido Independentista de Puerto Rico (PIP), María de Lourdes Santiago, que cambian identidad y nacionalidad como Judas por un plato de lentejas. La gente está cansada de aquellos que “traicionan a los suyos, a los de su propia sangre frente al altar del capital”.
Puede que René Pérez, Residente, tenga razón. Puede que queden todavía políticos honestos en Puerto Rico. Pero como el mismo dijera los corruptos no deben gobernar el país. Ellos mirarán primero sus bolsillos y si consideran que no tienen dinero suficiente, ampararan contratos lucrativos, crearan productos “inocuos” como Agremex y ¿el pueblo?… que se pudra. Frente eso está decidido a que su vida no se vuelva ceniza a cuenta de la politiquería nacional.

María Victoria Valdés Rodda

 
María Victoria Valdés Rodda